• Es una patología común en hombres, sobre todo en mayores de 80 años. Solo durante el año pasado, se realizaron 130 procedimientos quirúrgicos de esta patología a través del Bono PAD en Nueva Clínica Cordillera. La uróloga, Dra. Valentina Opazo, explica sus síntomas y tratamiento.

 

Santiago, 30 de mayo de 2022.- Es el crecimiento de una parte de la próstata, específicamente la zona de transición, que provoca una obstrucción en el tracto de la salida de la orina, eso es una hiperplasia prostática benigna, una enfermedad que puede ser tratada a tiempo gracias a los chequeos anuales correspondientes.

 

Lo cierto es que esta enfermedad comienza en la década de los 40 años, estando presente en hasta un 80% de los casos en mayores de 80 con síntomas de intensidad variable. Sin embargo, se ha identificado la obesidad como factor de riesgo. Los afectados pueden presentar síntomas como dificultad al iniciar la micción, disminución de la fuerza al orinar o chorro interrumpido, levantarse en la noche a orinar, goteo terminal, sensación de vaciado incompleto, entre otros.

 

Pero, ¿se puede prevenir esta enfermedad? Según la Dra. Valentina Opazo, uróloga de Nueva Clínica Cordillera, “no hay nada demostrado que prevenga el crecimiento prostático. Lo importante es diagnosticar y dar tratamiento en los casos que sea necesario, para prevenir la aparición de complicaciones”.

 

Es por ello que el chequeo anual a partir de los 50 años es fundamental. Nueva Clínica Cordillera cuenta con evaluación, tratamiento médico y quirúrgico –a través de abordaje abierto o resección transuretral de próstata-, y seguimiento de la hiperplasia prostática benigna a través del Bono PAD. Solo en 2021, se realizaron 130 cirugías a través del beneficio estatal.

 

El Bono PAD (Pago Asociado a Diagnóstico) es un beneficio que ayuda a que personas usuarias de Fonasa y sus cargas, puedan acceder a distintas prestaciones y atenciones en salud pagando un precio fijo y menor, lo que aplica para distintas intervenciones quirúrgicas y procedimientos.

 

“La intervención quirúrgica se encuentra indicada cuando el paciente persiste con síntomas a pesar del tratamiento farmacológico, o cuando presenta complicaciones como, por ejemplo, retención aguda o crónica de orina, falla renal a causa de la obstrucción, infecciones de orina, orina con sangre o cálculos en la vejiga (cistolitiasis)”, asegura la Dra. Valentina Opazo.

 

Y concluye la uróloga de Nueva Clínica Cordillera: “Hay distintas opciones disponibles, que pueden ser endoscópicas o abiertas, según las características del paciente y del centro. Dependiendo de la opción quirúrgica utilizada, varía la hospitalización y recuperación”.

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