• Expertos de 14 países de Latinoamérica se reunieron con el objetivo de construir el consenso “Dolor crónico, una enfermedad con entidad propia”, para apoyar la actualización médica en el nivel primario de atención.

 

  • Las conclusiones del consenso se presentaron durante el III Taller Latinoamericano de Dolor Crónico para periodistas, una iniciativa de Grünenthal con el apoyo de FEDELAT y el Centro de Educación en Salud de la Universidad Stanford.  

 

  • En Chile, un 32% de la población del país padece dolor crónico no oncológico, un 60% presenta dolores moderados y, en el caso de cuadros severos, un 20% mantiene este tipo de dolencia. Por otro lado, el 44% de las personas que padecen la enfermedad presentan cuadros de dolor por más de un año[1] 

 

En el marco del XIV Congreso Latinoamericano del Dolor, realizado en Lima, Perú, se llevó a cabo el Primer Consenso Latinoamericano de Dolor Crónico. Este encuentro reunió a 21 representantes de 14 sociedades médicas de la región para promover la actualización de las guías de atención e impulsar su difusión y uso en la práctica médica, con las nuevas disposiciones de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), que por primera vez incluye el dolor crónico como una enfermedad en sí misma.  

 

Si bien se estima que entre el 27 y el 42% de la población latinoamericana padece de dolor crónico[2], “existen pocas publicaciones académicas en torno a la enfermedad y se necesita fomentar la investigación, de allí la relevancia de que esta iniciativa sea recogida y puesta al alcance de los especialistas para ayudarlos a tener un mejor abordaje en el nivel primario”, comenta el Dr. Marco Narváez, presidente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT). 

 

En el caso de Chile, un 32% de la población del país padece dolor crónico, un 60% presenta dolores moderados y, en el caso de cuadros severos, un 20% mantiene este tipo de dolencia. Por otro lado, el 44% de las personas que padecen la enfermedad presentan cuadros de dolor por más de un año[3]. La nueva clasificación oficial de esta enfermedad podría favorecer el diagnóstico y tratamiento, favoreciendo a millones de personas. 

 

Entre los acuerdos, está el promover un abordaje multidisciplinario del dolor crónico, es decir, desde distintas especialidades médicas (tales como la fisiatría, psicología y kinesiología), para alcanzar la mejora en todos los ámbitos de la vida del paciente, dado que esta es una enfermedad que repercute tanto a nivel físico, como psicológico y social.  

 

Además, se enfatiza la necesidad de continuar propiciando espacios de educación médica continua en Latinoamérica, y se priorice cada vez más la formación a nivel pre y post grado en las universidades con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes que padecen de esta afección. 

 

Sobre el impacto de lo concluido, el Dr. Narváez espera que el consenso Dolor crónico, una enfermedad con entidad propia, “sea una pauta fundamental para que cada país, de acuerdo con sus particularidades, aplique la nueva clasificación para impulsar el diseño de políticas públicas que favorezcan la asignación de recursos y así mejorar la prevención, el diagnóstico, el control y el tratamiento de la enfermedad”. 

 

Sumado a lo anterior, la doctora María Lorena Oyanadel, fisiatra de la Red de Salud UC Christus, integrante del staff de la Unidad de Dolor del Hospital San Borja Arriarán y miembro de la Asociación Chilena para el  Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED), quien además fue expositora en el evento, comenta que “la colaboración entre los países es una de las herramientas más potentes que tenemos para ampliar el alcance de lo que queremos construir en el manejo del dolor. Esto sin duda fue el espíritu de este Congreso ya que para Latinoamérica hay muchos desafíos. Somos países con características particulares desde lo socio-demográfico, hasta la manera de abordar los problemas de salud, por ende, debemos tener un rol para apoyar y orientar técnicamente a nuestras autoridades en las mejores decisiones para la salud de la población”.

 

Los desafíos para Chile 

 

Respecto a los principales desafíos para Chile tras analizar el contexto latinoamericano, el doctor Carlos Aguayo, anestesista y jefe de la Unidad de Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital Clínico FUSAT y actual presidente de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (Ached-CP) explica que lo principal es “visibilizar el dolor crónico como problema de salud. Esto tiene que ver con realizar estudios de prevalencia y carga de la enfermedad”, ya que permite contar con información relevante para generar políticas públicas y mejoras en la atención de los pacientes. El Dr. Aguayo destaca, por otro lado, “el gran interés y el crecimiento de muchos equipos de salud que trabajan en torno a las necesidades de los pacientes con dolor, tanto en lo público como privado”. 

 

Por último, los especialistas mencionan que en Chile podríamos avanzar en el abordaje de esta la patología, gracias a la ley de dolor crónico no oncológico y fibromialgia que se discute actualmente en el Congreso. “Permitirá tener una buena cobertura para los pacientes, además de capacitar al profesional del área de salud para brindar la atención que requieren las personas, un tema pendiente con los pacientes con dolor crónico no oncologico y la población infantil, a propósito del tratado de Lima”, enfatiza la doctora Oyanadel. 

 

Las conclusiones de esta reunión se presentaron durante el III Taller Latinoamericano de Dolor Crónico para Periodistas, una iniciativa de Grünenthal realizada con el apoyo de FEDELAT y el Centro de Educación en Salud de la Universidad de Stanford, que además contó con la participación de la Dra. Seema Yasmin, directora de los programas de Investigación y Educación de este centro, además de finalista del Premio Pulitzer y ganadora del premio Emmy. 

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