Día Mundial del Síndrome de Down

En el contexto del Día Mundial del Síndrome de Down, es necesario estar al tanto de cómo brindar un apoyo indicado y oportuno a nivel multidisciplinario para así estimular las funciones cognitivas, motrices y principalmente las vinculadas al lenguaje.

El síndrome de Down es una condición genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra o una parte de él. Las personas con síndrome de Down tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos habituales, por lo mismo, este síndrome también se conoce como trisomía 21. La existencia de un cromosoma 21 extra, pueden asociarse a determinados problemas de salud o problemas cognitivos. No todos tienen estas enfermedades asociadas, pero al tener mayor riesgo, deben estar en constante supervisión médica.

“Los pacientes con Síndrome de Down pueden desarrollar también dificultades en el control de impulsos, trastornos conductuales, ser hiperactivos, entre otros, y todo eso requiere control por neurología infantil, además tienen un riesgo adicional de presentar un Trastorno del Espectro Autista e incluso de desarrollar epilepsia”, describe el Dr. Gustavo Mallea, neurólogo infantil de Clínica Las Condes.

Sin embargo, para controlar estas conductas y potenciar un desarrollo oportuno de las habilidades cognitivas, es fundamental el apoyo multidisciplinario con el objetivo de contar con las herramientas necesarias para enfrentar las dificultades conductuales, de desarrollo cognitivo e intelectual.

La importancia de la estimulación

Los niños con este síndrome pueden tener un retraso del desarrollo psicomotor, por lo que la intervención temprana para potenciar sus habilidades es muy importante.

Estimulación precoz que tiene por objetivo enseñar habilidades para el aprendizaje y comportamiento, teniendo su mayor efectividad dentro de los primeros años de vida, pues busca desarrollar al máximo sus capacidades y autonomía, para lograr la mejor adaptación posible al entorno.

“Los niños con Síndrome de Down se benefician del trabajo realizado por un equipo multidisciplinario compuesto por un pediatra de cabecera, neurólogo, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, fisiatras, docentes, entre otros”, agrega el Dr. Mallea. 

El apoyo fonoaudiológico ha contribuido en las habilidades comunicativas, lingüísticas y cognitivas de las personas con Síndrome de Down principalmente durante etapas tempranas y en la adolescencia, que es el periodo donde se necesita de mayores estímulos para posteriormente insertarse en la vida escolar.

“Ahora dependiendo de qué tan profundo es el déficit cognitivo que tienen, vamos a tener niños que son capaces de realizar algunos trabajos, versus otros que van a ser completamente dependientes de sus padres entonces, es importante que los padres entiendan que la supervisión no es lo mismo que el ser aprensivo”, dice Dr. Mallea. Lo que puede potenciarse con el apoyo oportuno de otras especialidades médicas.

Inclusión completa en la sociedad

Cuando se habla de inclusión, se debe tener claridad que esto si es posible en la mayoría de los niños y adultos con Síndrome de Down. Lo importante aquí es desarrollar oportunamente la independencia y autonomía, lo que claramente inicia por su entorno más cercano.

“La mayoría de los niños con Síndrome de Down van a tener un déficit intelectual, pero el acostumbrarse a una mayor dependencia, por supuesto que va a generar otro tipo de problemas.
Por lejos es mucho mejor que un niño vaya desarrollando una independencia, es algo que es necesario y deseable en el desarrollo de cualquier niño incluidos los que tienen este síndrome”, destaca el especialista de Clínica Las Condes.

Si bien, el apoyo médico y multidisciplinario es fundamental, si no se cuenta con un ambiente familiar y social propicio para el desarrollo de esta independencia esto no será completo, pues es necesario que ambos ambientes visualicen el mismo objetivo.

“Es primordial que los equipos médicos, la familia y la comunidad lo entiendan así, para facilitar un entorno social adecuado a sus demandas. Desde el punto de vista médico, podemos apoyar a la inclusión de un niño con Síndrome de Down, asegurándole una atención médica de calidad, centrada en el acompañamiento de los padres y la familia, brindándoles apoyo con un equipo multidisciplinario que tiene como fin potenciar su desarrollo. Además, debemos transmitir y mostrar a la sociedad sus potencialidades y defender la igualdad de derechos y oportunidades que deben tener”, finaliza el Dr. Gustavo Mallea. 

 

 

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