No es la primera vez que el cambio de hora en genera debate. Esta vez fue la Red Nacional de Salud quien propuso al Gobierno suspender esta medida.
Señales claras de que comienza a decir adiós el verano son las mañanas frescas, el sol comenzando a mostrar más tarde a la hora de levantarnos, más temprano cuando termina nuestra jornada y el aviso del cambio de nuestro reloj al famoso “horario de invierno”, una medida que tiene las opiniones divididas entre la relación al acceso a luz solar y los cambios en la rutina diaria.
Una de las aristas que más ha salido a la luz este año ha sido el impacto a la salud mental que esta modificación podría provocar. Jorge Fuentes, psicólogo y Director de Pranavida, señala que, efectivamente, “el cambio tan repentino puede causar somnolencia, fatiga e, incluso, generar en algunas personas cuadros de ansiedad, especialmente para la población que ya presenta trastornos en su salud mental”.
De acuerdo al profesional, el motivo de estas consecuencias se debe al cambio drástico en la rutina de sueño, la menor exposición al sol y, por lo tanto, la reducción de los niveles de vitamina D, que tiene relación con mayores niveles de depresión. “Es importante destacar el rol que tiene la luz natural del sol con la generación de Vitamina D y ésta a su vez con la energía que una personas puede sentir. Asimismo, la falta de ésta vitamina, justamente por la falta de exposición solar, hace que más personas se sientan cansadas o con poca energía, situación que también puede ser un síntoma de depresión”, detalla.
En este sentido, “quienes se ven más afectados son los niños y adultos mayores, quienes pueden tener mayor dificultad a la hora de adaptarse a los ciclos de sueño-vigilia. Sin embargo, hoy también debemos considerar el aumento de trastornos de salud mental en la población, especialmente tras la pandemia, los que se pueden profundizar en caso de depresión, ansiedad y depresión estacional”, manifiesta Fuentes.
Equipo Prensa
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