La salud mental se ha convertido en la principal causa de enfermedades  laborales en Chile. Así lo informó, recientemente, la Superintendencia de  Seguridad Social (Suseso) que precisó que un 67% de las dolencias del trabajo  tienen su origen en trastornos mentales y que en estos casos, las mujeres superan a los hombres en un 22%.  

En el diagnóstico informado en el marco del Día Mundial de la Seguridad y Salud  en el Trabajo, se especificó que las mujeres alcanzaron un 77% en 2022, nueve puntos porcentuales más que en el año anterior y por sobre la cifra alcanzada  por los hombres, quienes representan un 55% (20 puntos porcentuales más que  en 2021). 

Entre las causas que pueden explicar esta diferencia entre ambos géneros se  encuentra uno de los problemas que más afecta en el desarrollo de la equidad:  la “doble presencia” que ocurre cuando una persona gestiona más de un  quehacer, por ejemplo: las tareas domésticas y familiares, junto con la actividad  laboral remunerada. 

El riesgo psicosocial se genera en esas situaciones en que el exceso de trabajo,  la falta de descanso y la dificultad para responder paralelamente a distintos  requerimientos, disminuyen el nivel de atención para cada tarea. Lo anterior  provoca que las personas se saturen y tengan malestares físicos y psicológicos,  debido a la dificultad que supone estar mental y físicamente gestionando al  mismo tiempo acciones consideradas obligaciones.  

Para el Instituto de Seguridad Laboral (ISL) el riesgo que implica la doble  presencia es uno de los grandes desafíos en la entrega de prestaciones médicas  preventivas. 

Es un hecho que la participación de las mujeres en el campo laboral no solo ha  dejado controversias en cuanto a desigualdad salarial, sino que también, a pesar  de que la “doble presencia” puede afectar a ambos géneros, presenta mayor  prevalencia en el género femenino, dado que normalmente son quienes  organizan y realizan el trabajo doméstico, además del cuidado de hijos/as o  personas mayores o enfermas. Esto provoca la alteración de su vida personal, laboral y social, con el consiguiente estrés que facilita el desarrollo de  enfermedades físicas asociadas a trastornos musculo-esqueléticos,  gastrointestinales, cardíacos y dermatológicos, entre otras patologías. También  aporta a la sintomatología asociada a enfermedades de salud mental, entre las  que se destacan la ansiedad, la depresión y la fatiga crónica. 

La carga que genera la “doble presencia” impide que la persona desarrolle con  normalidad sus actividades, impactando de manera negativa en su trabajo, lo  que puede derivar en desmotivación y falta de compromiso. Esto, a su vez,  incide en un aumento de ausentismo que perjudica su desempeño laboral y  afecta sus responsabilidades en el entorno familiar.  

Si a la doble presencia se le suma un mal diseño organizacional, con sobrecarga  laboral, ritmos de trabajo agobiantes, jornadas extensas y horarios  incompatibles con la vida personal o familiar, la situación es más riesgosa aún. 

Uno de los factores que se supone ayudarán a incorporar mecanismos que  brinden flexibilidad a la jornada laboral y/o a los procedimientos dentro de una  organización será la reciente ley que reduce la jornada laboral a 40 horas,  debido a que existiría un mayor margen de tiempo para organizar y realizar  actividades que antes no podían ejecutar, porque eran incompatibles con su  tiempo en el trabajo o con el realizadas bajo una mayor presión. 

Sin embargo, para una solución efectiva y permanente en el tiempo, también se  deben considerar factores enfocados en la mejora de las habilidades personales  para organizar y planificar el tiempo y los recursos disponibles, fomentando la  participación de los empleadores en la implementación de un diseño  organizacional que promueva el monitoreo de la carga de trabajo para evitar  tiempos prolongados de sobrecarga y apoyo por parte de las jefaturas,  incluyendo el fortalecimiento de liderazgos que brinden apoyo oportuno y óptimo  a sus equipos. 

Desde el Instituto de Seguridad Laboral, entregamos las siguientes  recomendaciones para evitar la “doble presencia”: 

A nivel personal: 

– Implementar en la casa un sistema de trabajo colaborativo, con tareas  designadas por los miembros de ésta.  

– Planificar las labores y responsabilidades domésticas, priorizando y  definiendo tiempo requerido para su ejecución y plazos asociados. – Generar una red de apoyo con el entorno, ya sea apoderados del colegio,  vecinos, familiares y amigos a quien acudir cuando la persona lo requiera  y estime conveniente. 

Instituto de Seguridad Laboral: servicio público dependiente de la Subsecretaría de Previsión Social del  Ministerio del Trabajo y organismo administrador de la Ley 16.744 del Seguro Social contra Riesgos de  Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. 

Instituto de Seguridad Laboral, Teatinos 726, Santiago – www.isl.gob.cl 

A nivel grupal o de equipos de trabajo:  

– Acordar como equipo estrategias de apoyo para emergencias e  imprevistos familiares. 

– Generar un banco de horas extras que puedan ser utilizadas para  emergencias e imprevistos familiares. 

Instituto de Seguridad Laboral: servicio público dependiente de la Subsecretaría de Previsión Social del  Ministerio del Trabajo y organismo administrador de la Ley 16.744 del Seguro Social contra Riesgos de  Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. 

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