En pleno siglo XXI, aunque hemos presenciado notables avances hacia la igualdad de género en diversos campos y sectores, la industria farmacéutica, un sólido motor de innovación científica y progreso médico, continúa enfrentando un claro desequilibrio en cuanto a la representación de mujeres en posiciones de liderazgo, una disparidad que perdura a pesar de la evolución en otros ámbitos.
El informe “Oportunidades para la inversión y la colaboración entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), resalta que, en la región, las mujeres tienen una destacada presencia en disciplinas como la medicina, las ciencias de la salud, ciencias sociales, humanidades y artes. Sin embargo, su participación en el ámbito de la ingeniería y la tecnología es notoriamente reducida, constituyendo poco más del 25% de los investigadores en estas áreas, según datos de la UNESCO de 2022. Esta discrepancia las excluye de sectores fundamentales, como la industria farmacéutica.
Lo anterior hace necesario abordar esta arista con el objetivo de acortar la brecha de género en la industria farmacéutica lo antes posible y aumentar la participación de mujeres en puestos de liderazgo, no solo aspirando a alcanzar un balance de género, sino que también una mayor eficiencia y avance en el ámbito científico y empresarial.
Históricamente, la diversidad en la toma de decisiones ha demostrado ser un motor de innovación y resiliencia. Las perspectivas y enfoques variados que aportan las mujeres pueden impulsar la creatividad y la competitividad en el mundo de la innovación en salud.
Contar con mujeres en roles de liderazgo permite a las empresas comprender y abordar mejor las necesidades de sus consumidoras, lo que lleva a una atención más personalizada y orientada a resultados. Además, es inspiración para futuras generaciones, ya que cuando las jóvenes ven a mujeres exitosas liderando áreas tan clave como la salud, se sienten inspiradas a seguir carreras en ciencia y tecnología.
De hecho, a nivel corporativo, hemos asumido el compromiso, como objetivo global alineado con las Naciones Unidas, de alcanzar la paridad de género al 2030. Y para ello, tanto en Chile como en la región, estamos empujando iniciativas que promuevan el talento femenino, brindando nuevas oportunidades a todas las colaboradoras.
La lucha por la igualdad de liderazgo en la industria farmacéutica debe ser un esfuerzo conjunto. Desde las empresas farmacéuticas y las instituciones educativas, hasta los gobiernos y las organizaciones internacionales, todos tienen un papel que desempeñar en la creación de un entorno inclusivo que fomente la igualdad de género.
Equipo Prensa
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