El reciente despacho de la Ley Corta de Isapres es un que puede marcar un punto de inflexión para el sistema de coberturas de gasto en salud de los chilenos. Sin embargo, detrás de esta medida también se perfilan desafíos y algunas aristas merecen una atención especial.
La Ley Corta de Isapres generó un debate intenso en la sociedad chilena. Si bien se reconoce su importancia para evitar el colapso del sistema de salud, también plantea interrogantes al mediano y al largo plazo.
Lionel Soffia, CEO de Gallagher Chile, comenta que «si bien esta ley representa un avance en la búsqueda de estabilidad para el sistema de salud chileno, también es importante reconocer que tiene limitaciones y plantea desafíos. La extensión del plazo para el pago de la deuda a 13 años y el mecanismo de pago anticipado son medidas que ofrecen cierto alivio, pero es legítimo preguntarse si esto es suficiente para arreglar los problemas estructurales del sistema».
Entre las preocupaciones planteadas por Gallagher Chile y otros actores del sector se encuentra el impacto en los afiliados a las Isapres, la mantención de la cautividad de los cotizantes y el ajuste de los planes de salud a un mínimo del 7% de la cotización. Estos aspectos “podrían plantear desafíos adicionales para la equidad y accesibilidad en el sistema de salud”.
Además, la exclusión del costo y la frecuencia de uso de las prestaciones realizadas bajo la Modalidad de Libre Elección de Fonasa en el cálculo del Índice de Costos de la Salud (ICSA) durante los años 2025, 2026 y 2027, plantea interrogantes sobre la transparencia y precisión en la evaluación de los costos de salud.
Gallagher Chile reconoce la importancia de esta legislación como un primer paso hacia la reforma del sistema de salud chileno. Sin embargo, insta a las autoridades y a la sociedad en su conjunto a mantener un diálogo abierto y constructivo para abordar los desafíos pendientes y garantizar un sistema de salud equitativo y sostenible para todos los chilenos.
Equipo Prensa
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