Casi 5 mil casos nuevos al año y amplio desconocimiento del tratamiento para prevenirlo marcan nueva conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA
Aunque existe algo así como una “píldora del día después” para evitar la adquisición del VIH y otro que puede prevenirlo, Chile sigue siendo uno de los países en que las cifras de personas que viven con esta patología continúan en aumento.
En 2023, se reportaron 4.795 casos nuevos y, entre enero y junio de 2024, las personas que han sido diagnosticadas con VIH ascienden a 2.246.
Ante una nueva conmemoración del Día Mundial de la lucha contra el SIDA, las cifras para Chile no son alentadoras; con cerca de cinco mil nuevos casos al año, el país registra más de 90 mil personas viviendo con el virus y, de éstas, un 70% son pacientes entre los 20 y 39 años.
Para el inmunólogo de Clínica Las Condes y especialista en esta patología, doctor Pablo Herrera, “el mayor problema está en el desconocimiento, la falta de información, los prejuicios y el estigma”, lo que, a su vez, impacta en diagnósticos tardíos. “En torno a un 65% de los diagnósticos se realizan en etapas más avanzadas, no necesariamente en etapa SIDA, pero sí en una etapa más tardía, con las defensas bajas y, por lo tanto, con un virus que ha generado mucho más daño en el organismo”, afirma.
El especialista subraya que, entre 2010 y 2023, “hemos visto un aumento del 59%” y, aunque sigue siendo una enfermedad que afecta principalmente a hombres que tienen sexo con hombres (en torno al 80% de los casos), “en los últimos años hemos visto una feminización y una heterosexualización de la epidemia. Hace 10 años, los casos correspondían a una mujer por cada 9 hombres; ahora, es prácticamente una mujer por cada cuatro hombres”, puntualiza.
“Hoy día tenemos una población que tiene desconocimiento respecto del VIH, que le ha perdido el miedo. Los jóvenes, sobre todo, no dimensionan el impacto de lo que es vivir con VIH, toda la repercusión que tiene en el organismo y padecer una condición que no tiene cura”, lamenta el doctor Herrera.
¿Cómo prevenir la adquisición del virus?
Para el inmunólogo es clave “quitarle el estigma” y “dejar de lado los prejuicios”, porque “no se trata solo de VIH; hay también un aumento en distintas enfermedades de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea, clamidia y otras, debido a lo que describe como un “apogeo sexual” en los últimos años. Incluso, comenta que “en Estados Unidos, desde 2010 a la fecha, la sífilis ha subido un 555%”.
Ahora, respecto del VIH, el doctor Herrera destaca la importancia de la prevención a través de un medicamento conocido como PrEP (Profilaxis pre-exposición), que puede tomar una persona que no vive con VIH para prevenir la adquisición del virus por vía sexual.
Según explica el experto, este medicamento es una pastilla cuya eficacia es superior al 99% cuando se toma adecuadamente, esto es, haciéndolo en cualquiera de las dos formas en que está indicada. “Una forma es tomarla todos los días, y si se trata de un hombre o una persona con sexo masculino asignado al nacer, desde el quinto día queda protegido; en cambio, para una mujer o una persona con sexo femenino asignado al nacer, la protección comienza recién en el día 21, porque se demora mucho más el medicamento en hacer efecto en el tejido genital vaginal que en el pene o en el tacto rectal”, explica.
Una segunda opción es tomarla “a demanda”; es decir, si un hombre o una persona con sexo masculino asignado al nacer va a tener una exposición de riesgo, puede tomarse dos pastillas entre dos y 24 horas antes de esa exposición; una pastilla 24 horas después de las primeras dos dosis, y otra pastilla 48 horas después de la toma inicial”. Esta modalidad, sin embargo, no es efectiva para mujeres, personas de sexo femenino asignado al nacer o mujeres trans en tratamiento hormonal, dado que el efecto del medicamento tarda más (21 días).
La “píldora del día después” para el VIH
Junto al tratamiento preventivo que supone el uso del PrEP, el doctor Herrera explica que también existe un tratamiento de emergencia, es decir, que se puede tomar luego de una exposición sexual de riesgo o un accidente cortopunzante con riesgo de adquisición del virus. Este medicamento es el PEP (Profilaxis post-exposición).
¿Es una “pastilla del día después” contra el VIH? Sí y no, dice el doctor Herrera, “porque no es una sola pastilla, sino un tratamiento que se utiliza posterior a una exposición de riesgo no protegida, por ejemplo, por rotura de preservativo, sexo sin condón, sexo en condiciones desconocidas, agresión sexual, accidente cortopunzante, entre otros”.
Para que sea efectivo, el medicamento se debe tomar todos los días durante un mes y su primera ingesta debe ser lo antes posible tras la exposición de riesgo, es decir, no más allá de 72 horas.
Por otro lado, el doctor Herrera previene que “para tomar este medicamento, la persona debe estar segura de no ser portadora del virus. Por lo tanto, la recomendación es hacer un test rápido o el test de Elisa mientras se empieza a tomar el medicamento, porque si está reactivo desde antes, no es PEP sino un tratamiento de largo plazo lo que requiere la persona y, por ende, debe ingresar a un programa específico”.
¿Cuánto cuesta?
El doctor Herrera comenta que se trata de medicamentos que se deben comprar con receta médica, en cualquier farmacia y cuyo valor es mucho más accesible que hace cinco o diez años.
Así, dice que la PrEP, que costaba unos $300 mil en 2017, hoy día cuesta entre $10 mil y $15 mil pesos el tratamiento mensual, mientras que el costo de la PEP ronda entre los $60 mil y $90 mil; hace cinco años, costaba entre $700 mil y $1 millón de pesos.
¿Quiénes pueden tomar estos remedios?
De acuerdo al especialista, la recomendación para el uso del PrEP es para cualquier persona que se sienta en riesgo de exposición al virus, por ejemplo, una mujer que tiene más de una pareja sexual o un hombre que tiene sexo con hombres. Esto, incluso si se usa preservativo, por el riesgo de rotura y el delito de stealthing (es decir, que la pareja sexual se retire el condón sin consentimiento de la otra persona).
Efectos adversos
Según explica el doctor Herrera, estos medicamentos tienen pocos efectos adversos; los más frecuentes son malestar gastrointestinal, náuseas, diarrea, dolor de cabeza, pero en general de manera leve y se pasan después de los primeros días, los que no ocurren en todas las personas.
También puede haber efectos a largo plazo, pero son muy poco frecuentes, tales como problemas hepáticos, renales o a los huesos, razón por la que siempre debe haber una supervisión médica para su ingesta.
Por lo mismo, está contraindicado para personas con daño hepático, problemas renales y algún problema óseo, como osteoporosis.
Equipo Prensa
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