• Los especialistas alertan sobre la alta prevalencia y el bajo nivel de diagnóstico de esta patología que afecta a millones de personas en el mundo y que, de no ser tratada, puede desencadenar graves complicaciones.

 

Santiago, 17 marzo de 2025.- El sueño y el buen descanso están estrechamente relacionados, sin embargo, muchas veces no es una condición que se cumpla, sobre todo en adultos. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, se estima que el 40% de la población mundial tiene algún trastorno, siendo la apnea obstructiva del sueño (AOS) uno de los más comunes.

 

“La AOS se caracteriza por el bloqueo parcial o total de la vía aérea durante el descanso, lo que provoca pausas en la respiración y disminuciones en los niveles de oxígeno en la sangre. Además, fragmenta el sueño y genera descargas adrenérgicas nocturnas, impactando en la calidad de vida y en la salud cardiovascular de quienes la padecen”, explica el Dr. Alonso Quijada, neurólogo de Clínica Dávila.

 

Síntomas y factores de riesgo

 

Entre sus principales síntomas están los ronquidos intensos, pausas en la respiración durante el sueño, despertares nocturnos con sensación de asfixia, dolores de cabeza matutinos, somnolencia excesiva durante el día, dificultad para concentrarse y cambios de humor.

 

Los principales factores de riesgo incluyen la obesidad, la edad avanzada, el género masculino y enfermedades cardiovasculares. “Además, quienes tienen esta condición suelen presentar problemas respiratorios debido a una mala respiración nasal, provocada por alteraciones anatómicas como las desviaciones del tabique, hipertrofia, cornetes o la presencia de pólipos, entre otros”, afirma el Dr. César Alarcón, otorrinolaringólogo de Clínica Santa María.

 

En cuanto al impacto de la obesidad, Paulina Mella, nutricionista de Clínica Dávila Vespucio, advierte: “Esta condición agrava el cuadro, por lo que es fundamental mantener una alimentación equilibrada para alcanzar un peso adecuado. Se recomienda tener cuatro comidas en el día, suplementarse con vitamina D y magnesio, e incluir frutas y verduras en la dieta. Todo esto debe estar bajo supervisión de un equipo multidisciplinario”.

 

Diagnóstico y consecuencias de no tratar la AOS

El Dr. Juan Pablo Betancur, neurólogo de Clínica Biobío, explica que el diagnóstico se realiza mediante una evaluación clínica y estudios del sueño como la polisomnografía. Este examen registra parámetros fisiológicos durante el descanso, incluyendo la actividad cerebral, los movimientos oculares, la actividad muscular, la frecuencia cardíaca y la respiración. “Este análisis se considera el estándar de oro para detectar la enfermedad”, comenta.

 

El no tratar esta patología puede tener consecuencias graves, ya que aumenta el riesgo de hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y demencia.  “Además, la somnolencia diurna excesiva asociada incrementa el riesgo de accidentes laborales y de tráfico. El tratamiento adecuado mejora la calidad de vida, reduce estos riesgos y previene complicaciones a largo plazo”, finaliza el Dr. Juan Pablo Mansilla, neurólogo de Clínica Ciudad del Mar.

 

 

 

 

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