- Detectar sus síntomas a tiempo permitirá otorgar una mejor calidad de vida a quienes tengan esta patología.
08 de abril de 2025.- La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer, tanto en Chile como en el mundo. Este suele diagnosticarse entre los 50 y 60 años, afecta al sistema nervioso central y periférico.
Actualmente, se estima que 8.5 millones de personas han sido diagnosticados a nivel global. Sin embargo, diversos factores asociados a la época actual podrían provocar un aumento significativo en las próximas décadas. Según un nuevo estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ), se proyecta que la cifra alcance los 25.2 millones en 2050, lo que representaría un incremento del 112% en comparación con 2021.
La Dr. Claudia Lazcano, neuróloga de Clínica Dávila, explica las razones detrás de este aumento: “Se debe a la interacción de múltiples factores, entre ellos, que un mayor número de personas alcance edades en las que las enfermedades neurodegenerativas se manifiestan con mayor frecuencia. Asimismo, el crecimiento demográfico y la exposición a neurotóxicos podrían contribuir al incremento del riesgo de padecer esta enfermedad”.
Su desarrollo implica la pérdida progresiva de neuronas encargadas de producir dopamina, lo que impacta directamente en el control del movimiento y otras funciones esenciales.
El Dr. Pablo Gallardo, geriatra de Clínica Santa María, añade: “Lo que existe es un fenómeno que se llama proceso inflamatorio de bajo grado, que ocurre con el envejecimiento, y que es lo que no solamente hace que el sistema nervioso empiece a fallar, sino que también todo el cuerpo. Eso es lo que justifica que, con la edad, tengamos mayor riesgo de aparición de Parkinson”.
La Dra. Paulina Silva, neuróloga de Clínica Biobío, afirma que el síntoma característico de la enfermedad de Parkinson es la braducinesia, que son movimientos más lentos y de menor amplitud, asociado a rigidez, temblor en reposo o alteración postural.
En tanto, el Dr. Juan Pablo Mansilla, neurólogo de Clínica Ciudad del Mar, advierte que su diagnóstico precoz es crucial para iniciar tratamiento farmacológico y terapéutico de manera temprana, lo que ayuda a controlar los síntomas, mejorar la calidad de vida del paciente y ralentizar la progresión de la enfermedad.
¿Qué tratamientos existen actualmente?
Si bien esta patología tiene tratamientos que controlan sus síntomas, también existen algunos no farmacológicos. La Dra. Francisca González, fisiatra de Clínica Dávila Vespucio, destaca la importancia del ejercicio: “Los de fuerza muscular con pesos ligeros o de movilidad articular y estiramiento ayudan a reducir la rigidez muscular y pueden mejorar la estabilidad en la marcha. Algunos ejercicios de equilibrio disminuyen el riesgo de sufrir una caída. Todos estos combinados tienen mejor evidencia de ayudar en estos factores, pero deben ser realizados bajo la supervisión de un profesional”.
¿Qué hacer ante una crisis?
El Dr. Rodrigo Sagardia, médico general de Help, comenta que se debe acudir a urgencia si la persona experimenta: “Exacerbaciones de síntomas, como poca movilidad (hipoquinesia) o mucha movilidad y poco control de ella (hiperquinesia), alteración de la contención de la orina, tendencia a la baja presión sin poder regularla y episodio psíquico o desorientación mental”.