La modificación del horario no solo implica ajustar el reloj, también puede afectar la calidad del sueño. La fatiga, el estrés y las dificultades para conciliar el descanso son comunes en esta transición y una posible causa, poco considerada, es la deficiencia de magnesio. Mantener niveles adecuados de este mineral puede marcar la diferencia para una mejor adaptación y un descanso reparador.
ABRIL, 2025.- Este sábado 5 de abril, gran parte del país debió retrasar sus relojes una hora para dar inicio al horario de invierno. Aunque este cambio parece trivial, sus efectos en el organismo pueden ser significativos. La adaptación a noches más largas no siempre es inmediata y en ese proceso pueden aparecer síntomas como insomnio, cansancio y tensión muscular.
Estas molestias se vuelven aún más relevantes si consideramos que, según un estudio de la Universidad de Talca, cerca del 50% de los chilenos duerme menos de siete horas por noche. La falta de sueño, además de afectar el rendimiento diario, es una de las principales causas de accidentes de tránsito en el país. Y con la llegada del horario de invierno, esa tendencia podría agravarse.
¿Por qué nos afecta tanto el cambio de hora?
Diversas investigaciones han evidenciado que estos ajustes horarios pueden alterar el equilibrio neuroquímico y psicológico. De hecho, un informe de la Clínica de Sueño y Crono Medicina del Hospital St. Hedwig (Alemania) indica que casi un 5% de las personas experimenta ansiedad, estrés, fatiga o insomnio durante una transición de este tipo.
Lo que pocos saben es que estos síntomas también pueden estar vinculados a una deficiencia de micronutrientes como magnesio y zinc, minerales esenciales para múltiples funciones del cuerpo, entre ellas la producción de melatonina (conocida como la hormona del sueño). El problema es que la dieta actual —baja en semillas, legumbres, verduras, frutos secos y cereales integrales— dificulta alcanzar la dosis diaria recomendada, dosis además, que corresponde al mínimo para no enfermarse; no al óptimo. En el caso del magnesio, estudios recientes revelan que un 46% de la población en países desarrollados tiene niveles insuficiencia lo que convierte a este déficit en una “pandemia silenciosa mundial”.
El problema es que el nivel de magnesio que importa está a nivel celular, lo que solo se puede medir con un examen de pelo; el magnesio en sangre representa solo el 1% del total corporal, por lo que las muestras de laboratorio no siempre reflejan sus verdaderas reservas. Las señales de una posible deficiencia suelen incluir insomnio, antojo por cosas dulces, ansiedad nocturna, presión alta, migrañas, fatiga constante, hipotiroidismo e incluso cálculos renales.
Magnesio: Clave para un buen dormir
Para prevenir estas alteraciones, se recomienda una ingesta diaria mínima de 300 mg de magnesio total o elemental, idealmente entre 400 y 500 mg. Sin embargo, las frutas y verduras actuales tienen menos concentración del mineral que hace 50 años y el procesamiento industrial de alimentos elimina hasta el 80% de su contenido original.
Pedro Grez, creador del Método Grez y cofundador de GREZ —la primera línea chilena de suplementos de etiqueta limpia, sin ingredientes de relleno— advierte: “Dormir bien tiene un impacto directo en la disminución de la ansiedad provocada por la falta de sueño. Mejora la capacidad mental, la concentración y la energía durante el día”.
Además, señala que muchas personas consumen una cápsula diaria de 300 mg de magnesio citrato creyendo estar cubriendo sus requerimientos, cuando en realidad apenas obtienen 45 mg de magnesio total o elemental, lo que equivale a un 15% de la dosis mínima recomendada.
Pensando en esta necesidad real, GREZ formuló MAGZI-VITAL T, un suplemento que combina magnesio citrato, zinc y L-triptófano. Esta fórmula fue diseñada especialmente para mejorar la calidad del sueño y contrarrestar el impacto de los déficits de micronutrientes que afectan el descanso.
A diferencia de otros productos, este prioriza la biodisponibilidad: el magnesio está quelado, es decir, unido a una molécula orgánica que facilita su absorción celular. El zinc, por su parte, estimula la producción de melatonina (la hormona que regula el sueño), y el L-triptófano es un aminoácido esencial, precursor de serotonina, clave en el bienestar emocional y en la regulación del ciclo circadiano.
Grez, destaca también que con la llegada de días más cortos, “es fundamental cuidar nuestra higiene del sueño, además de apoyar al cuerpo con los nutrientes necesarios. Si bien los suplementos de magnesio son seguros cuando se consumen en las dosis recomendadas, es importante acompañarlos de hábitos saludables como evitar el café después de las 15:00 hrs., cenar liviano y por lo menos dos a tres horas antes de acostarse, evitar el alcohol antes de dormir y apagar las pantallas (teléfono, tablets, computadores y televisión) mínimo dos horas antes de dormir, ya que la luz azul de estos dispositivos altera la producción de melatonina, “el cuerpo piensa que todavía es de día”. Además de realizar actividad física de forma regular.
Y hace el alcance de que dormir bien no es un lujo: es una necesidad vital para el funcionamiento físico, mental y emocional. Lo bueno es que con el apoyo adecuado, es posible lograrlo.
SOBRE GREZ
La marca irrumpió en el mercado nacional como la primera línea de suplementos de etiqueta limpia en agosto de 2022. Actualmente está compuesta por 16 suplementos que apuntan a mejorar la calidad de vida y el funcionamiento del organismo. Su valor agregado es que sus productos no contienen excipientes ni ingredientes rellenos, entregan 100% vitaminas o minerales al organismo. Se trata de un emprendimiento familiar, oriundo de la Región de Los Ríos, que el año pasado ingresó a Amazon USA y creó su propia tienda online en Estados Unidos. Durante el 2024, también fue reconocido como la “Mejor Marca de Suplementos de Etiqueta Limpia en Sudamérica”, premio entregado por la prestigiosa revista británica LUXLife.