• La enfermedad se asocia también a trastornos psicosomáticos y del sueño, aumento de la fatiga y disminución de la agilidad, generando un deterioro en la funcionalidad de los pacientes con la consecuente dificultad en el desarrollo de sus actividades cotidianas.

 

Mayo, 2025.- Entre un 5% y 8% de la población mundial es afectada por fibromialgia, una enfermedad caracterizada por presentar dolor generalizado. En Chile, se estima una prevalencia de esta patología crónica de un 3,3%, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. De acuerdo a la Dra. Delia Ruiz, médico fisiatra y presidenta de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED-CP), el diagnóstico pone foco en la historia clínica del paciente.

 

En ese sentido, la especialista destaca que la fibromialgia generalmente se desencadena por algún evento en el ciclo vital del paciente. “Por ejemplo, separaciones, divorcios, fallecimientos de algún familiar o algún trauma importante que haya sufrido la persona. Alguna enfermedad o virus, como lo que ocurrió post pandemia de COVID-19, donde algunos pacientes que tuvieron esta enfermedad después fueron diagnosticados con fibromialgia. Entonces, algo ocurre que se desencadenan todos estos cuadros dolorosos”, puntualiza.

 

La fisiatra del Hospital Clínico de la Universidad de Chile reconoce que para el diagnóstico de la fibromialgia se establecieron nuevos criterios entre el 2016 y 2019, y se refieren primero “al dolor generalizado en el que se divide el cuerpo en nueve cuadrantes y la persona debe tener al menos seis áreas dolorosas de esas nueve en los últimos tres meses”.

 

Los nueve puntos consideran: cabeza y cuello; extremidad superior derecha; extremidad superior izquierda; tórax anterior; abdomen; zona dorsal y columna (espalda alta); zona lumbar y columna incluido región glútea; extremidad inferior derecha y extremidad inferior izquierda.

 

Lo anterior, se suma a trastornos moderados a severos del sueño y fatigabilidad, y el diagnóstico de Fibromialgia es independiente si la persona padece de otro diagnóstico relevante. En general la intensidad del dolor puede ser moderada a severa. Con esas condiciones, uno ya podría establecer el diagnóstico de la enfermedad”, precisa la doctora.

 

Sin embargo, la especialista agrega que, dadas las características de la fibromialgia, hay pacientes que pasan entre 3 y 7 años “deambulando en busca de un diagnóstico final”, sobre todo porque los dolores pueden variar de un punto a otro.

 

La presencia e intensidad del dolor, puede incapacitar a algunos pacientes, derivando en una desfuncionalización de su cuerpo y una consecuente limitación en sus actividades básicas de la vida diaria, limitando realizar acciones tan cotidianas como peinarse, bañarse o comer e incluso la imposibilidad para trabajar.

 

En el caso de que una persona sospeche que puede padecer fibromialgia, no es necesario esperar una hora con un especialista para obtener un diagnóstico. Es posible atenderse con un médico general o un médico de familia, que pueda diagnosticar “para que se inicie el tratamiento de la forma más precoz posible y de manera integral: incluir ejercicio, actividad física regular, una alimentación equilibrada y un buen estilo de vida”, finalizó.

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