Se trata de un procedimiento ambulatorio, mínimamente invasivo y que permite una redistribución precisa y estratégica del cabello en zonas como la línea frontal y la coronilla.
Aunque tradicionalmente se asocia la caída del cabello a los hombres, cerca de un 30% de las mujeres experimenta algún grado de pérdida capilar a lo largo de su vida. Esta cifra aumenta significativamente con la edad, alcanzando al 55% de la población femenina a partir de los 70 años. Frente a este escenario, el implante capilar femenino surge como una solución efectiva y cada vez más demandada.
“En las mujeres, la caída del pelo puede deberse a múltiples factores que van desde cambios hormonales, hasta estrés o predisposición genética. El implante capilar es una técnica mínimamente invasiva que ofrece resultados naturales, mejorando la densidad y la forma del cabello, lo que tiene un impacto muy positivo en la autoestima”, explica la Dra. Michelle Mauret, Jefa del Área Capilar de Clínica Terré.
La gran ventaja es que, a diferencia de los tratamientos tradicionales, el implante capilar femenino es ambulatorio, mínimamente invasivo y permite una redistribución precisa y estratégica del cabello, adaptada a las particularidades del cuero cabelludo femenino y también considerando que el pelo crece en distintas direcciones. “Las zonas de mayor preocupación en las mujeres suelen ser la línea frontal y la coronilla, por lo que se requiere una técnica cuidadosa y personalizada que entregue un resultado lo más natural posible”, añade la experta.
En Clínica Terré, con más de 30 años de trayectoria en el mercado, el enfoque combina tecnología de punta con una evaluación integral de cada paciente, lo que permite definir el tratamiento más adecuado, ya sea mediante implantes de cabello, terapias regenerativas complementarias, micropigmentación o un plan integral de recuperación capilar.
La Dra. Mauret comenta que el implante capilar está disponible tanto para hombres como para mujeres. “El procedimiento tiene una duración de 3 a 5 horas aproximadamente, y consiste en la extracción de las unidades foliculares desde la zona donante para su reubicación. La implantación se realiza una por una en la región frontal, superior y/o la coronilla. Esta reinserción es rápida y el post procedimiento no presenta mayores complicaciones, ya que el trasplante capilar se realiza bajo anestesia local, sin internación ni vendajes”.
Cabe resaltar, además, que la re-disposición del pelo se realiza a partir de un diseño previamente revisado y consensuado entre el paciente y su médico cirujano. “Tampoco hay rechazo del organismo, ya que se trata del propio pelo del paciente”, acota.
Entre los principales beneficios, está el hecho de que el implante capilar no sólo mejora la imagen externa, sino también la confianza y bienestar emocional de quienes lo eligen. “Creemos que la medicina tiene que estar al servicio de las personas y gracias a los nuevos avances tecnológicos y la asesoría de nuestro equipo médico, ayudamos a que, junto con recuperar el cabello, se recupere también parte de la identidad de cada paciente”, concluye la Dra. Mauret.