El académico Juan Barahona de Enfermería UST Santiago explica por qué es fundamental saber sobre primeros auxilios y así estar preparados en casos de emergencias.

Los primeros auxilios son los cuidados iniciales que se proporcionan en caso de una enfermedad o lesión grave. Su objetivo principal es evitar la muerte, aliviar el sufrimiento, prevenir el agravamiento de las lesiones o enfermedades y contribuir a la recuperación, según explica el académico Juan Barahona de Enfermería de UST Santiago. “Educar en primeros auxilios permite construir una comunidad más empoderada y autosuficiente, ayudando a preservar la salud y seguridad de todos”, enfatizó.

Primero que todo, el experto recalcó que “la falta de conocimientos en primeros auxilios puede hacer que situaciones de emergencia se tornen más graves”. Por ejemplo, en casos de paro cardíaco, si no se realizan maniobras de RCP a tiempo, el desenlace puede ser fatal. En lesiones por caída, movilizar incorrectamente a la persona puede causar daños neurovasculares adicionales.

“Asimismo, en situaciones de atragantamiento, desconocer la maniobra de Heimlich aumenta el riesgo de asfixia. Frente a un envenenamiento, no saber cómo actuar puede retrasar un tratamiento efectivo, mientras que el mal manejo de heridas puede derivar en infecciones graves o hemorragias descontroladas. En el caso de convulsiones, no proteger a la persona adecuadamente puede derivar en más lesiones, y en un golpe de calor, no identificar los síntomas y actuar a tiempo puede ser peligroso”, detalló.

La importancia de una comunidad preparada

Barahona también sostuvo que “una comunidad preparada puede influir significativamente en el desenlace de una emergencia. Actuar rápidamente con RCP o ayudando en un atragantamiento aumenta las posibilidades de recuperación. Controlar hemorragias o inmovilizar extremidades lesionadas previene complicaciones. Brindar apoyo emocional a la víctima y sus familiares es crucial, al igual que facilitar el trabajo del personal de salud mediante una respuesta organizada que permita una atención más rápida y efectiva. Además, la comunidad puede organizar la escena, llamar a emergencias y controlar el tráfico para una mejor gestión de la situación”.

Sin embargo, existen errores comunes al intentar ayudar en una emergencia: Mover a una persona lesionada sin conocer el tipo de lesión puede empeorar su estado; dar alimentos o líquidos a lesionados con alteración de la conciencia es otro error grave. Asimismo, no verificar si el sitio del accidente es seguro antes de prestar ayuda puede poner en riesgo la vida del rescatista.

“No existen registros estadísticos específicos sobre qué tan preparada está la comunidad para actuar en una emergencia, pero las universidades, a través de sus carreras de salud, realizan capacitaciones en colegios y centros comunitarios. Además, a nivel ministerial, programas como los Equipos Comunitarios de Respuesta ante Emergencias de ONEMI buscan integrar a la comunidad en el Sistema de Respuesta a Desastres”, comentó el académico.

Bajo ese contexto, insistió “es fundamental que las personas tengan conocimientos básicos en primeros auxilios porque permite una respuesta rápida en emergencias, minimiza el riesgo de complicaciones, aumenta la confianza y fomenta la seguridad comunitaria. Además, reduce la ansiedad ante situaciones de emergencia y ayuda a prevenir crisis mediante la identificación temprana de signos de problemas médicos”.

Habilidades básicas

“Dentro de las habilidades básicas que toda persona debería aprender están la reanimación cardiopulmonar (RCP), el uso del desfibrilador externo automático (DEA), el control de hemorragias, el tratamiento de quemaduras y la maniobra de Heimlich para atragantamientos. También es esencial saber comunicarse efectivamente con los servicios de emergencia para proporcionar la información clave que facilite una respuesta rápida”, dijo Barahona, agregando que “para quienes no pueden acceder a capacitaciones presenciales, existen diversas alternativas. Muchas organizaciones, como la Cruz Roja y la Asociación Americana del Corazón (AHA), ofrecen cursos en línea”.

“También hay videos educativos en plataformas como YouTube, aplicaciones móviles de primeros auxilios y manuales de instituciones reconocidas. Además, algunos webinars y charlas brindan capacitaciones gratuitas, y existen certificaciones virtuales con evaluaciones finales que validan el aprendizaje”, concluyó.

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