El aumento de enfermedades respiratorias en las últimas semanas genera dudas sobre la lactancia materna cuando la madre está enferma, pero especialistas aseguran que continuar amamantando es clave para fortalecer las defensas del bebé.
Las bajas temperaturas registradas recientemente han impulsado un aumento en los casos de resfríos, influenza y otras infecciones respiratorias, provocando inquietud entre madres lactantes respecto a la seguridad de continuar amamantando durante estas enfermedades. La duda más frecuente es si la lactancia puede ser un riesgo para el bebé cuando la madre presenta síntomas como congestión, fiebre o malestar general.
Los especialistas coinciden en que, lejos de representar un peligro, mantener la lactancia durante estos episodios es una práctica beneficiosa y necesaria. La leche materna no solo aporta nutrición, sino que funciona como una primera barrera inmunológica. Contiene anticuerpos, células inmunitarias y proteínas que ayudan a proteger al bebé frente a virus y bacterias presentes en el entorno.
Mary Eugenia Gutiérrez, nutricionista y directora ejecutiva de Fundación la Comunidad de la Leche, enfatiza que “cuando una madre enferma amamanta, transmite a su bebé, mediante la leche materna, los anticuerpos específicos que su cuerpo produce para combatir la infección que ella enfrenta. Esta transferencia fortalece el sistema inmunológico del bebé, entregándole protección para enfrentar los virus que circulan en su ambiente familiar”.
La experta añade que esta protección es especialmente importante en los primeros meses de vida, cuando el sistema inmunológico del lactante aún no está completamente desarrollado. Por ello, interrumpir la lactancia durante cuadros gripales puede dejar a los niños más vulnerables a infecciones graves.
Sin embargo, es fundamental acompañar la lactancia con cuidados básicos para evitar la transmisión directa de virus por contacto o vía aérea. “Recomendamos el lavado frecuente de manos, el uso de mascarilla cuando la madre tiene síntomas y mantener las vacunas al día, tanto de la madre como del bebé”, explica Gutiérrez.
Este llamado cobra relevancia ante la circulación viral intensificada por el frío de las últimas semanas, que afecta especialmente a los grupos más vulnerables. La persistencia de mitos en torno al amamantamiento durante los cuadros virales puede generar interrupciones innecesarias que afectan la salud infantil.
En ese sentido, la información clara y respaldada por especialistas es clave para que las familias tomen decisiones informadas. “Es común que las madres reciban mensajes contradictorios o preocupaciones infundadas de su entorno, lo que puede generar miedo y ansiedad. Nuestro mensaje es que la lactancia es segura y necesaria, incluso en estas circunstancias”, concluye Mary Eugenia Gutiérrez.