Un estudio clínico reciente revela que el consumo de aceite de krill cien por ciento puro ayuda a reducir la grasa visceral y preservar la masa muscular durante la pérdida de peso. Este hallazgo abre un nuevo camino para abordar la salud metabólica sin comprometer el tejido muscular, clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

AGOSTO, 2025.- Agosto es conocido como el “Mes del Corazón”. Durante estas semanas, distintas organizaciones realizan campañas y actividades orientadas a promover estilos de vida saludables y prevenir enfermedades cardiovasculares, que continúan siendo la principal causa de muerte en Chile y el mundo. En nuestro país, una de cada cuatro muertes se debe a enfermedades del sistema circulatorio, según cifras del Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) del MINSAL.

En ese escenario, resulta fundamental abordar uno de los factores de riesgo más determinantes: el exceso de grasa corporal. La hipertensión, la diabetes tipo 2, los accidentes cerebrovasculares y los infartos tienen un vínculo directo con la obesidad, en particular con la acumulación de grasa visceral, esa que no se puede pellizcar y rodea los órganos internos. A diferencia de lo que muchos creen, no se trata solo de un tema estético, porque el exceso de grasa corporal aumenta significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares.

Frente a esta realidad, la prevención y el manejo del exceso de grasa deben abordarse con estrategias eficaces y sostenibles, que no solo apunten a la baja de kilos, sino también a preservar la salud integral del organismo. Por ejemplo, un estudio reciente publicado en la revista Obesity el mes pasado, desarrollado por investigadores del Instituto de Nutrición y Salud de Australia del Sur, arroja resultados prometedores al combinar dos enfoques en tendencia: el ayuno en días alternos y la suplementación con aceite de krill cien por ciento puro.

Durante ocho semanas, los investigadores evaluaron a adultos con sobrepeso u obesidad y constataron que quienes acompañaron su régimen de ayuno con este suplemento no solo redujeron su porcentaje de grasa corporal, sino que además conservaron mejor su masa muscular y presentaron mejoras en marcadores metabólicos clave, como la sensibilidad a la insulina y los niveles de triglicéridos plasmáticos. Este tipo de intervención cobra especial relevancia, ya que permite avanzar en el control del peso sin comprometer el tejido muscular, que es fundamental para mantener un metabolismo activo, prevenir enfermedades crónicas y proteger la salud cardiovascular.

“Proteger la musculatura durante la baja de talla es esencial para mantener el metabolismo, evitar el temido efecto rebote, mantener la fuerza física y prevenir la sarcopenia, que es la pérdida progresiva de masa muscular asociada al envejecimiento”, señala Pedro Grez, autor del Método Grez y fundador de la primera línea chilena de suplementos de etiqueta limpia.

 

¿Por qué es tan poderoso el aceite de krill 100% puro?

El aceite de krill cien por ciento puro es una fuente natural de ácidos grasos Omega 3 (EPA y DHA), pero a diferencia de otros aceites marinos, estos se presentan en forma de fosfolípidos, una estructura química que mejora su absorción y aprovechamiento por parte del cuerpo humano.

Grez agrega que “la membrana de las células está formada por fosfolípidos, por lo tanto, la asimilación de este tipo de Omega 3 es directa; a diferencia de los otros en forma de triglicéridos, o etil-esteres que tienen que ser convertidos en el cuerpo en triglicéridos, para ser digeridos”. El experto aclara que “no todos los suplementos de Omega 3 de krill ofrecen esta ventaja ya que muchos están mezclados con un alto porcentaje de aceite de linaza y su impacto es mucho menor. Por eso es importante leer las etiquetas”.

También resalta que el aceite de krill puro contiene astaxantina, un antioxidante natural que protege a las células del daño oxidativo y aporta un efecto antiinflamatorio que es altamente valorado en la prevención de patologías cardiovasculares.

Otros estudios, como el publicado en Frontiers in Nutrition, han confirmado este efecto en poblaciones mayores: luego de 24 semanas de suplementación con aceite de krill cien por ciento puro, se evidenció una mejora tanto en la masa como en la función muscular en adultos mayores.

 

Una decisión informada para la salud pública

Desde una perspectiva de salud pública, los hallazgos son significativos. En un país donde más del 74% de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad, según la última Encuesta Nacional de Salud, es prioritario contar con estrategias sostenibles que promuevan la pérdida de peso, la salud cardiovascular y el bienestar integral.

Sin embargo, no todos los suplementos de aceite de krill son iguales. Por eso, “es importante fijarse en que el producto sea cien por ciento aceite puro de krill y que contenga al menos 40.000 mg de fosfolípidos por cada 100 gramos. Si la etiqueta no especifica el contenido de fosfolípidos, es probable que se trate de un producto diluido o adulterado”, advierte Grez. Además, se recomienda preferir cápsulas con tonalidad rojiza clara, lo que indica frescura y contenido adecuado de astaxantina.

Asimismo, es fundamental que la elección de este suplemento considere su impacto ambiental. El krill es un componente esencial del ecosistema marino, por lo que se debe priorizar el consumo de productos provenientes de pesquerías certificadas y sustentables.

Por supuesto, el aceite de krill no es una solución mágica. Su uso debe estar enmarcado dentro de un plan integral de salud, que incluya alimentación equilibrada, actividad física regular, monitoreo médico y, en casos pertinentes, estrategias de ayuno bien guiadas.

 

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