• La docencia es una de las ocupaciones que sufren mayor desgaste de la voz. Se estima que hasta un 70% de los profesionales en el mundo experimentan disfonía laboral, entre ellos comunicadores, cantantes y teleoperadores. Un nuevo proyecto de investigación de la carrera de Fonoaudiología UC creará una propuesta para el control y vigilancia epidemiológica centrado en las condiciones ambientales y el seguimiento de la salud vocal en profesoras y profesores.

 

En el marco del ”Día Internacional de la Voz”, conmemorado cada 16 de abril, surge el interés de resaltar y rescatar la importancia de este sonido que conocemos como voz humana, siendo ésta, la fuente principal del proceso de interacción y comunicación entre las personas. En este sentido, la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Católica en conjunto con la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), acaban de anunciar un nuevo proyecto de investigación que busca proteger la salud vocal del profesorado en Chile.

 

Esta metodología fue creada gracias a la participación de múltiples expertos nacionales e internacionales en rehabilitación vocal, higiene ocupacional y seguridad y salud en el trabajo, que en conjunto diseñaron un ciclo para la detección de contextos laborales riesgosos y personas susceptibles a la enfermedad. Se espera que próximamente esta propuesta pueda ser utilizada por las diferentes instituciones relacionadas con la prevención de la disfonía laboral.

 

Muchas personas en contexto laboral sufren de trastornos o enfermedades sobre sus cuerdas vocales, la que es conocida como Disfonía Ocupacional, la cual muchas personas en Chile y en el mundo lamentablemente sufren y experimentan las negativas consecuencias y repercusiones profesionales, personal, sociales y familiares que esta puede desencadenar. Existen antecedentes que hablan de entre un 60 y 70 % de prevalencia de esta enfermedad en profesionales a nivel internacional, destacando grupos de mayor riesgo como son profesores (as), cantantes, comunicadores y teleoperadores(as).

 

Existen importantes avances normativos y desarrollos investigativos gestados desde el trabajo de diferentes instituciones e investigadores, participando entidades universitarias, organismos administradores de la ley  16.744 -como es la Asociación Chilena de Seguridad- y con el apoyo de instituciones gubernamentales como la Superintendencia de Seguridad social (SESESO).

 

Felipe Cerda, académico de la carrera de Fonoaudiología UC, señala: «En la carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica, contamos con un proyecto que logró una exitosa implementación de metodologías para el control y seguimiento de la salud vocal en teleoperadores que se desempeñan por largos periodos de tiempo en actividad vocal dentro de los Call Centers. Durante este año se han finalizado importantes procesos investigativos que son un enorme avance en acciones preventivas para salvaguardar la salud vocal en profesionales de la voz chilenos, esto corresponde a la creación de una propuesta para el control y vigilancia epidemiológica centrado en las condiciones ambientales y el seguimiento de la salud vocal en profesoras y profesores».

 

Dentro de este mismo proceso investigativo, en concordancia con las exigencias sanitarias mundiales por pandemia, se ha realizado pruebas exploratorias para entender las repercusiones vocales sobre las personas y proyectar este nuevo riesgo al quehacer vocal y pedagógico de profesoras y profesores, resultados preliminares refieren que el uso constante de mascarilla, ya sea KN-95 y quirúrgica, favorece la presencia de perturbación de la voz y sus parámetros acústicos relacionados con la estabilidad vocal, caracterizándose por la presencia de voz de significativa aspereza y soplocidad.

 

De igual manera, el académico Felipe Cerda, asegura que los resultados desde la apreciación propia del usuario expuesto al uso de mascarillas, refiere que existen significativos perjuicios sensoriales, sintomatológicos y perceptuales posteriores a los 20 minutos de exposición, más cuando existe el uso combinado de  mascarilla KN-95 y escudo facial, observándose una complementariamente una disminución del aprovechamiento energético, lo cual se traduce en mayor dificultad para hacer audible su voz dentro de la sala de clases.

 

José Luis Urnia, Especialista senior en seguridad y salud en el trabajo ACHS, señala que “A partir del 14 de abril, la mascarilla ya no será obligatoria en espacios abiertos, sin embargo, el uso sostenido de ésta durante los últimos 2 años como medida preventiva contra el COVID-19, ha significado una gran exigencia para nuestra voz, algunos de sus efectos son que incrementa la percepción de esfuerzo vocal, dificulta la inteligibilidad de la palabra y oraciones, provoca pérdida de feedback con el auditorio y produce dificultad en la coordinación entre el habla y la respiración”.

 

El uso sostenido de mascarillas por parte de las y los profesores, ha significado un nuevo riesgo y exigencia que traumatiza los pliegues vocales, por lo tanto, contar con antecedentes científicos que lo demuestre nos ayudará a informar, orientar y tomar mejores acciones preventivas en ayuda de este grupo de profesionales de la voz. Muy posiblemente, el uso de elementos de protección persona, será una acción que se mantendrá en el tiempo más aún en espacio cerrados y concurridos, con el objetivo mitigar los estragos causados por la enfermedad COVID-19, sin embargo, es importante considerar acciones preventivas dado que es una enorme barrera para la voz y exigencia para la proyección de esta en el aula.

 

Finalmente, Carolina Cáceres, presidenta de la Sociedad Chilena de Enfermería en Salud Ocupacional y profesional de la Superintendencia de Seguridad Social, explica que «si bien el Protocolo de vigilancia de ambiente y de la salud para la prevención o identificación de una enfermedad laboral asociada a la exposición del uso de la voz no está desarrollado aún en el Ministerio de Salud, los organismos administradores mantienen Programas de vigilancia para dicho agente de riesgo».

 

Señala que la elaboración de un Protocolo o de un Programa de Vigilancia, requiere de la investigación de instrumentos para la valoración y evaluación del riesgo, así como de evaluaciones de salud, que permita identificar los potenciales daños o patologías que se producen por el uso de la voz en el trabajo. «La academia cumple un rol preponderante en el desarrollo de estudios que contribuyen con la evidencia científica para los tomadores de decisiones respecto de la creación de políticas de salud ocupacional, que sean eficaces y efectivas para la población laboral», puntualiza Cáceres. La especialista añadió que a la fecha se han utilizado instrumentos de prevención y escalas de evaluación clínica como la escala de evaluación de disfonía para la evaluación de salud de los teleoperadores y que esta fue validada en Chile, a través de una investigación de la PUC realizada el académico Felipe Cerda, por lo que es altamente valorado el rol que cumplen los investigadores. Respecto de las diferentes realidades de los ambientes laborales en los que los trabajadores se desenvuelven y desempeñan  sus funciones, los profesores y docentes mantienen diferentes jornadas,  número de alumnos y diferentes características climáticas tanto al interior como al exterior de las salas de clases, por lo tanto para estas diferentes realidades se hace necesario contar con información asociada que permita el desarrollo de Protocolos o  Programas de vigilancia que se orienten a las acciones preventivas y de intervención para la prevención de accidentes laborales y enfermedades profesionales por el uso de la voz.

 

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