Cada 14 de noviembre se activa una campaña global para abordar este problema de salud pública. Según la ONU, cien años después del descubrimiento de la insulina, millones de personas aún no pueden acceder a la atención que necesitan.
Aunque a veces pasa inadvertida, la cierto es que la diabetes afecta a millones de personas en el mundo y es una relevante causa de muerte. De acuerdo con las últimas cifras de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, más de 60 millones de habitantes de América viven con esta enfermedad y se estima que para 2040 ese número llegue a los 100 millones de adultos. Chile no escapa de esa realidad: la última Encuesta Nacional de Salud 2017 arrojó que más del 12% de los chilenos la padece, siendo más frecuente en mujeres y aumentado progresivamente con la edad.
Justamente como una forma de poner atención sobre esta como un problema de salud pública, cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, que apunta a mejorar y buscar oportunidades para su prevención, diagnóstico y tratamiento. Para el académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Bernardo O’Higgins, Raúl Piñuñuri, se debe considerar que “la diabetes ocurre cuando el páncreas no produce insulina suficiente generando alteraciones en las concentraciones de glucosa en sangre (glicemia). Existen muchos tipos, sin embargo, los principales son tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional. Entre estos la más frecuente es la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2), la cual se presenta en adultos y es de carácter progresivo, mientras que la 1 está principalmente vinculada a niños”.
Las razones detrás de la alta prevalencia son múltiples, sin embargo, en el caso de la diabetes tipo 2, para el experto de la UBO las principales tienen que ver con la mala calidad de la dieta, el sedentarismo, la exposición al ruido, problemas de sueño, tabaquismo y estrés. En este sentido, Piñuñuri asegura que “la detección temprana para un correcto tratamiento es crucial, por ello hay que estar atentos a los síntomas que se caracterizan principalmente por necesidad de orinar frecuentemente, mucha sed, pérdida de peso involuntaria, mucho apetito, visión borrosa, entumecimiento de manos o pies, mucho cansancio y llagas que cicatrizan lentamente, entre otros”.
En este contexto, la OMS ha enfatizado en que ciertas medidas relacionadas con el estilo de vida ayudan a prevenir o retrasar eficazmente la aparición de la diabetes de tipo 2. “Aumentar la actividad física, realizando 150 minutos semanales de intensidad moderada, disminuir el consumo de tabaco, mantener un peso saludable, mejorar la calidad de la alimentación, incluyendo un mayor aporte de fibra y cereales integrales, son algunas de ellas”, refuerza en esa línea el académico de la UBO.
Si bien esas conductas contribuyen a evitar su aparición, existe consenso en que la diabetes debe abordarse de manera integral con mejores medidas de salud pública. De hecho, la Asamblea Mundial de la Salud ha aprobado metas mundiales concretas relativas al tratamiento de la diabetes y la cobertura de la atención a los afectados que se deben alcanzar de aquí a 2030.
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