Por Jorge Dinamarca, Regional Manager de GE HealthCare en Chile y Argentina

En un mundo donde la salud es más que nunca una prioridad, es crucial mirar hacia el futuro de la industria médica con una perspectiva optimista. En este camino hacia la mejora, la innovación es la piedra angular de cualquier avance. Desde el desarrollo de nuevas tecnologías hasta la implementación de enfoques más efectivos en el cuidado de la salud, la innovación impulsa el progreso en todos los niveles. Si hablamos específicamente de tecnología, el estudio Reimagining Better Health, asegura que el 99% de los médicos está totalmente de acuerdo o algo de acuerdo en una visión futura donde los pacientes y los equipos médicos estén más estrechamente vinculados a través de soluciones tecnológicas.

En ese sentido, la inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de mejorar significativamente la precisión y eficiencia del diagnóstico médico. Los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos de pacientes, imágenes médicas y resultados de pruebas para identificar patrones y señales que podrían pasar desapercibidas para los profesionales de la salud. Esto no solo puede conducir a diagnósticos más rápidos y precisos, sino también a la personalización de tratamientos basados en las características individuales de cada paciente.

Pero no se trata solo de un potencial uso, sino de una realidad. Lo cierto es que ya se está masificando y llegando a varias áreas de la medicina, hemos visto equipos que ayudan a eliminar el ruido de las imágenes, aportando en un diagnóstico más certero; o incluso modelos predictivos para estimar posibles pacientes o personas con riesgo de hospitalización.

Por otro lado, debemos abordar los desafíos sistémicos que afectan a la industria de la salud, como la accesibilidad y la equidad. Esto implica garantizar que todos tengan acceso a atención médica de calidad, independientemente de su ubicación geográfica, ingresos o grupo demográfico. Hoy en día, existen avances tecnológicos que ayudan a potenciar los centros de atención locales con tecnología de IA que permite tiempos de exploración más rápidos sin comprometer la calidad de la imagen. Hablamos de una reducción del tiempo de exploración de hasta un 50%, lo que permite una mejora en la productividad y una optimización del flujo de trabajo, lo que se traduce en más pacientes en menos tiempo.

De esta manera, se trata entonces de una tecnología que representa una eficiencia en el sistema sanitario, pues nos puede ayudar incluso a atender de forma más rápida a los pacientes pudiendo contribuir a la disminución de las listas de espera. A modo de ejemplo, el Ministerio de Salud señaló que hasta diciembre del 2023, habían más de 2,7 millones de atenciones no GES en espera, donde el 90% se trata de consultas de nueva especialidad. Aumentar la eficiencia del sistema sanitario depende de muchos factores, pero finalmente, contar con tecnologías que contribuyan a ofrecer un diagnóstico certero y rápido, es clave.

El compromiso de ahora y siempre es enfocarnos en los pacientes. Contar con un sistema de salud más completo e interconectado, con tecnología de punta y actualizada es un aporte inmenso al momento de asegurar un diagnóstico a tiempo y oportuno, con el fin de ir construyendo día a día un futuro mejor.

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