Durante las últimas semanas se ha presentado un aumento significativo de personas que presentan síntomas por infecciones respiratorias. Este peak se ha dado principalmente por la bacteria Mycoplasma. 

El Mycoplasma pneumoniae, es un tipo de bacteria que existe en la naturaleza, una de las más pequeñas causantes de enfermedad en los humanos y que tiene unas características especiales, por ejemplo, carece de pared celular por lo que  antibióticos como la penicilina y sus derivados, que utilizamos para combatir otras infecciones, no tienen actividad sobre ella”, explica el Dr. César Bustos, infectólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes. 

Esta bacteria se transmite con facilidad en ambientes cerrados como oficinas, colegios y medios de transporte público, lo que la convierte en un riesgo significativo para la comunidad.

Los síntomas más comunes incluyen tos seca persistente, fiebre leve, dolor de garganta, congestión nasal y fatiga general. Aunque muchas de las personas se recuperan sin complicaciones, algunos casos pueden derivar en erupciones cutáneas y dolores articulares”, comenta el académico de la Facultad de Medicina.

Esta bacteria tiene la capacidad de adherirse al epitelio del tracto respiratorio y lo que puede provocar que esa zona quede inflamada, lo que aumenta las posibilidades de  sobre infectarse por otras bacterias. “Además, esta irritación se traduce luego en cuadros de faringitis, laringitis y cuando avanza más profundo en el tracto respiratorio puede causar traqueobronquitis y un tipo de neumonía que se conoce como neumonía atípica”, agrega el académico de la Facultad de Medicina UANDES.

El Dr. César Bustos agrega que “como es una neumonía atípica genera cuadros que no tienen solo manifestaciones respiratorias; puede provocar cefalea, diarrea, inflamación en la garganta, dolor para tragar, disfonía y cuadros bronquiales obstructivos con tos persistente, perruna”. 

Si una persona se contagia o tiene síntomas de estas características, que también pueden venir acompañados de fiebre, esa persona debe ir al médico y solicitar un test diagnóstico. 

El tratamiento es en base a antibióticos no penicilínicos y luego hay que manejar la sintomatología, dependiendo del cuadro que haya producido y que puede requerir de algún tipo de tratamiento específico. La persona que tiene síntomas respiratorios, al acudir al médico, debe ocupar mascarilla y lavarse las manos, para minimizar el riesgo de contagio”, concluye el Dr. César Bustos, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes.  

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