- La Generación Z, nacida entre mediados de los años 90 y principios de los 2000, está redefiniendo la forma en que entendemos el crédito. A diferencia de generaciones anteriores, que solían ver el endeudamiento con cautela o como una carga, esta generación adopta una perspectiva más pragmática, percibiendo el crédito como una herramienta útil para alcanzar metas inmediatas. Desde cubrir gastos inesperados hasta financiar tecnología o educación, lo utilizan estratégicamente, aunque con el riesgo constante de caer en un endeudamiento excesivo en un entorno económico desafiante.
En los últimos siete años, los jóvenes entre 18 y 30 años han asumido una proporción creciente de las demandas de cobranza, superando incluso a los adultos mayores. Según un estudio de DefensaDeudores.cl y Unholster, el 64,4% de los deudores ha enfrentado más de una demanda, con un promedio de 2,5 demandas por persona, lo que evidencia la gravedad del problema.
Esto demuestra que el uso del crédito está comenzando a edades cada vez más tempranas, muchas veces sin una base sólida de educación financiera. La falta de conocimientos sobre cómo gestionar de manera eficiente el crédito sigue siendo uno de los mayores retos para esta generación. Si bien hay un creciente interés por aprender a través de plataformas digitales, como influencers financieros en redes sociales, el acceso a educación financiera formal y estructurada sigue siendo limitado.
A pesar de estos desafíos, el comportamiento financiero de la Generación Z también ofrece indicios de cómo evolucionarán las finanzas personales en el futuro. Esta generación exige rapidez, accesibilidad y personalización en los servicios financieros. Prefieren plataformas digitales integradas que les permitan gestionar no solo su crédito, sino también inversiones, ahorros y seguros desde un mismo lugar. Tecnologías como el open banking y las finanzas embebidas están comenzando a responder a estas necesidades, permitiendo una experiencia más ágil y transparente.
El equilibrio entre aprovechar los beneficios del crédito y evitar los riesgos del endeudamiento excesivo será crucial para el desarrollo financiero de esta generación. Las herramientas digitales y los productos diseñados para sus necesidades específicas son fundamentales, pero también lo es el acceso a una educación financiera que les permita tomar decisiones más informadas. Si logran integrar estos elementos, podrían consolidar una relación más responsable y positiva con el crédito, construyendo un futuro financiero más estable y menos dependiente de las soluciones a corto plazo.
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