Una de las afecciones más comunes de la columna vertebral es la Hernia Discal Lumbar, que puede causar un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes si no se trata a tiempo. Este trastorno, que afecta principalmente la zona baja de la espalda, se origina por una combinación de factores degenerativos y biomecánicos que llevan al desplazamiento del núcleo pulposo del disco intervertebral, comprimiendo las raíces nerviosas y ocasionando dolor severo, inmovilidad y, en casos avanzados, parálisis parcial o total.
Waldo Escobar, neurocirujano de Clínica Miguel Claro, enfatiza que la detección y el tratamiento temprano son esenciales para evitar complicaciones graves. “Aunque muchas personas asocian la Hernia Discal Lumbar con esfuerzos físicos extremos o traumatismos, en realidad, se trata de una enfermedad degenerativa y progresiva que puede agravarse con el tiempo si no se aborda adecuadamente”, explica.
Factores de riesgo, síntomas y diagnóstico
Entre los factores de riesgo se incluyen el sedentarismo, la mala alimentación, el sobrepeso y el tabaquismo, condiciones que deterioran la musculatura de soporte de la columna. Además, el teletrabajo y las largas horas en posiciones incorrectas frente al computador agravan la situación.
Los pacientes suelen experimentar dolor lumbar persistente, asociado a la compresión de las raíces nerviosas, que puede extenderse a las extremidades inferiores, limitando la movilidad y afectando su vida diaria. “El dolor crónico lleva a la inmovilidad, y esta, a su vez, genera un círculo vicioso de aumento de peso, atrofia muscular y deformidades posturales”, detalla el especialista de Clínica Miguel Claro.
En este contexto, el diagnóstico de la Hernia Discal Lumbar es clave, pues se confirma mediante una resonancia magnética. En algunos casos, cuando hay sospecha de complicaciones adicionales, como infecciones o tumores, puede requerirse el uso de contraste.
Y una vez diagnosticada, la cirugía es recomendada en casos donde el dolor no responde al tratamiento médico o cuando hay evidencia de daño neurológico, como debilidad muscular o parálisis. En situaciones de emergencia, como el síndrome de cauda equina, que compromete esfínteres y raíces nerviosas múltiples, la intervención quirúrgica debe realizarse dentro de las primeras 24 horas.
“El éxito de la cirugía depende en gran medida de la experiencia del cirujano y de una evaluación integral del paciente. Tanto las técnicas microquirúrgicas como las endoscópicas han demostrado resultados similares cuando se aplican correctamente”, asegura el neurocirujano.
Prevención y educación
El experto recalca la importancia de la prevención desde edades tempranas, promoviendo la actividad física y una alimentación saludable. “Es fundamental implementar programas de educación física en colegios, especialmente en aquellos con recursos limitados, para detectar y corregir problemas posturales en niños y adolescentes”, concluye.
Con este llamado a la acción, se busca generar conciencia sobre la importancia de un diagnóstico temprano y un manejo oportuno de la hernia discal lumbar, garantizando una mejor calidad de vida para los pacientes y evitando complicaciones irreversibles.
Equipo Prensa
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