PROFESIONALES DE LA SALUD PROMUEVEN LA LACTANCIA MATERNA COMO FACTOR PROTECTOR DEL CONTAGIO DEL COVID-19
- Actualmente no existe evidencia científica de la presencia del virus en la leche materna, razón que confirma la promoción de la lactancia aún más durante la pandemia. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud, la Sociedad Americana de Pediatría y el Ministerio de Salud de Chile, es que la leche materna sea el único alimento hasta los 6 meses, para luego complementarla con alimentación natural hasta los 24 meses.
Como cada año, a inicios de agosto se celebra la Semana Mundial por la Lactancia. Este año, la campaña tiene un especial énfasis para promover la lactancia como factor protector ante eventuales contagios del COVID-19 en el binomio madre-hijo. Alejandra Espinosa, académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Pontificia Universidad Católica, asegura que no existe evidencia científica que compruebe la presencia del virus en la leche materna, por ello la recomendación de prolongar la lactancia al máximo para reducir las posibilidades de contagio por otras vías y además fortalecer el sistema inmunológico de los bebés.
“El contacto piel con piel y una lactancia temprana y ojalá exclusiva, sin la introducción de otras sustancias como agua, fórmulas lácteas o suero, representan un recurso de vital importancia en las condiciones de la actual pandemia, razón que la confirma como una efectiva política pública de urgencia”, asegura Espinosa.
La lactancia ofrece beneficios tanto a la madre como al lactante de por vida, los cuales pueden ser nutricionales y emocionales, sin embargo, además forma parte de un sistema alimentario sostenible, ya que aporta en reducir la huella de carbono, cantidad de gases que genera el ser humano de manera directa o indirecta al fabricar un producto. Entonces, la leche materna además de muchos beneficios que ya conocemos, es la opción más nutritiva y ecológica que podemos tomar para nuestro planeta.
Actualmente, especialistas de la salud y la psicología valoran la lactancia en el desarrollo integral de todo niño, destacando su función fortalecedora del sistema inmunológico. Alejandra Espinosa, asegura que se ha demostrado que la leche materna protege a los niños de presentar infecciones gatrointestinales, otitis media (50% menos con leche materna al menos 3 meses), 72% de menor riesgo de hospitalización por infecciones respiratorias en el primer año de vida cuando el niño es alimentado al menos 4 meses. Disminuye también el riesgo de asma y dermatitis atópica, además de un 36% el riesgo de muerte súbita para el lactante.
“Los beneficios de la lactancia pueden ser dosis dependiente, lo que implica que mientras más tiempo el niño tome leche materna, mayor será su beneficio. Éstos no solo están relacionados a los primeros años de vida, sino también a la adolescencia y la adultez, disminuyendo la probabilidad de presentar obesidad, colesterol elevado y diabetes, tanto tipo 1 como tipo 2”, asegura la especialista.
En cuanto a los beneficios para la madre, Espinosa confirma que la lactancia ayuda a perder el peso ganado durante el embarazo, prevenir el cáncer de mama y ovario, además de la depresión post parto.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud, la Sociedad Americana de Pediatría y el Ministerio de Salud, es que la leche materna sea el único alimento hasta los 6 meses, para luego complementarla con alimentación natural hasta los 24 meses, posterior a esto queda a decisión de la mamá e hijo su duración.
La académica añade que la leche materna es un fluido vivo y que se adapta a todas las necesidades del menor cubriendo sus necesidades de forma exclusiva hasta los 6 meses de vida. “Es importante entender que dentro de la primera hora de vida, la madre produce un líquido más claro que la leche materna, pero que es igual de importante que ésta. Se llama calostro y es la primera “vacuna” que recibe el menor, entregando un aporte fundamental a su sistema inmunológico. El volumen producido de calostro puede ser de 5cc-10cc por vez que el niño succiona. Aunque parezca insignificante, es muy importante que lo reciba. Con el paso de los días este volumen ira aumentando de forma paulatina y transformándose en leche materna, conforme además crece el estómago del niño. Así también el niño con el paso de los días aprende a autorregularse en cuanto a los volúmenes de leche que necesita, situación que no ocurre al entregar una fórmula láctea, puesto que somos nosotros quienes decidimos cuánto volumen entregar”, precisa.
La leche materna inicialmente es alta en proteínas, inmunoglobulinas, sodio, oligosacáridos, y ya cuando se logra establecer la leche materna madura, a los 15 días post parto en promedio, contiene un mayor volumen (600 a 800 ml), y un contenido superior de hidratos de carbono y grasas, siendo estas últimas casi el 50% de las calorías totales de la leche materna.
Para lograr la producción láctea, existe un aumento en los requerimientos de energía de la mujer, siendo 505 Kcal/día para aquellas mujeres que terminaron el embarazo normopeso y 675 kcal/día para aquellas que no tuvieron un adecuado incremento de peso durante la gestación.
La alimentación de la madre debe ser variada y suficiente, intencionando comer de todos los grupos de alimentos, puesto que una alimentación insuficiente podría incurrir en una disminución del volumen de leche diaria producida. Nutrientes fundamentales en esta etapa de la vida son: calcio, vitamina D y ácidos grasos esenciales como lo son los Omega 3. De no ser incluidos estos nutrientes en la dieta, se recomienda suplementarlos. Al igual la vitamina B12 en aquellas mujeres vegetarianas estrictas y veganas. De igual manera es importante asegurar un adecuado aporte de calcio en la dieta de la madre, ya que a pesar de no aumentar las necesidades de calcio durante la etapa de lactancia, son necesarias 5 porciones de lácteos diarias para cubrir esta necesidad. Asimismo, se sugiere el consumo de pescados (1/2 tarro de jurel a la semana), idealmente complementado con el consumo de aceite de canola, soya, nuez, semillas de chía, entre otros.
Hay alimentos que por seguridad es mejor evitar, éstos son:
- Pescados, mariscos y (crudos, ceviche, sushi,) por el riesgo de parasitosis por anisakis.
- Carnes crudas, riesgo de intoxicación por E. Coli.
- Huevo crudo (crudos, merengue) intoxicación por salmonella.
- Leche, quesos o quesillo no pasteurizados, riesgo de Brucelosis.
- Leche, quesos o quesillo no pasteurizados, por riesgo de intoxicación por Listeria.
- Embutidos sin hervir, riesgo de intoxicación por Listeria.
CONSEJOS PARA LA MADRES
- No existe evidencia alguna de que hayan alimentos o bebidas que alteren las condiciones de la leche materna y que generen cólicos en el bebé. Los cólicos se deben a inadecuadas técnicas de lactancia.
- No hay evidencia certera que asegure que al tomar más agua durante el día aumente la producción de leche materna. El agua debe ser consumida de acuerdo el estado de sed de la madre como en cualquier persona. Lo único que asegura una buena producción de leche materna es la succión del niño de forma regular.
- Es por el motivo anterior que se recomienda alternar las mamas durante el amamantamiento para que la estimulación sea igual para ambas. Esto quiere decir que si recién amamantó solo de la mama derecha, en el próximo horario es recomendable lo haga de la mama izquierda, ayudando a prevenir mastitis. Si solo administró leche desde un pecho, vacíe el otro con sacaleche o extractor.
- Si a Ud. le gusta tomar café, no es necesario que lo elimine durante la lactancia, solo debe moderar su consumo a 2 tazas diarias, lo que equivale aprox. a 200mg de cafeína.
- Para proteger los pezones y evitar grietas, lo primero que se debe revisar es la técnica amamantamiento, un correcto acople evita las grietas. Cambiar varias veces al día los absorbentes de leche evita la formación de hongos e infecciones mamarias.
- Cuide su postura contrayendo abdominales y manteniendo la espalda recta. Estírese y relaje su cuello una vez finalizada la lactancia. Evite dar pecho acostada.
- Si se extrae leche, puede mantenerla a temperatura ambiente (6 a 8 horas), refrigerada (72 horas) y congelada en refrigerador de dos puertas en bolsas herméticas (hasta 3 meses). La leche en estado de reposo cambia de color y apariencia, y muchas veces puede parecer descompuesta; ello se debe a la variante proporción de agua y grasa. Al agitarla debe recuperar una apariencia normal.
- No hay pezones buenos o malos. Hoy existen técnicas y prácticas que ayudan a fortalecer la piel del pezón y evitar agrietamientos. Nunca es motivo para suspender la lactancia.
- No caliente nunca la leche materna en microondas.
- Esterilice en agua hervida sacaleche, separando todas sus partes. Deje secar al aire sobre superficie limpia cubierta con papel absorbente.
- Utilice cooler y unidad refrigerante para mantener la cadena de frío de la leche, en caso de traslados.
Andrea Riquelme P.
Periodista
Departamento Ciencias de la Salud UC – PUC
Equipo Prensa
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