• Componentes genéticos, hormonales y ambientales influyen en los brotes inflamatorios, que pueden tratarse con medicamentos orales, cremas y tratamientos láseres y peelings.

 

A la hora de hablar de acné existen muchos mitos. Que es provocado por comer chatarra, o que salen brotes por no lavarse la cara, que las espinillas se secan con pasta dental y otros remedios caseros popularizados por la cultura general. Pero lo cierto es que el acné es una enfermedad dermatológica inflamatoria, de base genética, pero con múltiples causas. Los tratamientos van desde medicamentos orales, como antibióticos o anticonceptivos con efecto antiandrogénico (anti testosterona), y también hay cremas y lociones con ácido salicílico o retinoides, que exfolian y ayudan a limpiar granos y comedones abiertos (popularmente llamados ‘puntos negros’).

 

“El acné de la cara no se puede realmente eliminar, es una condición crónica. Sin embargo, existen tratamientos y rutinas que ayudan a manejarlo de manera óptima. Cada persona, según la naturaleza de su acné y las características de sus brotes, debe contar con una rutina dermatológica adecuada para sus necesidades”, explica el dermatólogo Dr. Tomás Tabilo, fundador de Dermacne.cl, primer portal médico especializado en el tratamiento a distancia del acné, quien detalla que las opciones incluyen desde antibióticos de la familia de las tetraciclinas, cremas con antibióticos como la clindamicina o peróxido de benzoilo, cremas especialmente formuladas llamadas recetas magistrales, hormonas, en casos severos un derivado de la vitamina Ha llamado isotretinoína, e incluso algunos diuréticos como la espironolactona, todos orientados a controlar los brotes. “La presencia de la bacteria cutibacterium acnés es lo que causa el acné en la piel. Esto se manifiesta en granos y comedones, que son el resultado de la obstrucción de la glándula sebácea. El poro se tapa, produciendo una acumulación de material que tiende a sobre-infectarse e inflamarse, resultando en pápulas, pústulas y pseudoquistes que se observan en algunos pacientes”, agrega el dermatólogo especialista en acné.

 

Una buena manera de controlar el acné es combatir la obstrucción de poros, y así evitar la aparición de comedones y granos. Para ello, es clave mantener la piel limpia y exfoliar suavemente (pero no en exceso), para que los poros no se tapen con grasa y suciedad acumulada. “Se debe preferir un exfoliante suave con retinol o ácido salicílico y acompañar con la desincrustación mecánica, extrayendo puntos negros que hayan sido previamente ‘ablandados’ por el uso de estos productos”, añade Tabilo. La idea es que la persona incorpore el uso de productos antiacné en su rutina diaria de limpieza facial. En el caso de las mujeres, es preferible que el maquillaje sea retirado de manera diaria y ojalá preferir marcas no-comedogénicas, es decir, que no causan obstrucción de poros y, por lo tanto, no propician la aparición de comedones. Lo mismo es válido para bloqueadores solares y otras cremas y lociones de uso cosmético.

 

Actualmente, en el mercado existen productos cosméticos con componentes que ayudan a combatir el acné, pero siempre es recomendable consultar con un especialista antes de utilizarlos, de modo de determinar el grado de acné que el paciente tiene y así encontrar el tratamiento más adecuado para sus necesidades.

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