• Actualmente la ACHED está realizando sus jornadas de formación en dolor en la ciudad de Puerto Varas, donde asisten de manera presencial y virtual alrededor de 450 de profesionales del área de la salud para formarse en dolor crónico no oncológico y en el área de cuidados paliativos.
  • La OMS actualizó la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), incorporando conceptos que permiten clasificar algunos tipos de dolor crónico como como una enfermedad en sí misma.

 

Santiago, noviembre 2022.- El dolor, por lo general, es reconocido como una señal de alarma que nuestro cuerpo envía para protegernos. Sin embargo, cuando este se prolonga por tres meses o más, se considera crónico y deja de ser una medida de defensa para convertirse en una enfermedad que merma la calidad de vida de los pacientes[1].

Los profesionales de la salud integrantes de ACHED-CP (Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos), enfatizan que la patología debe considerarse como un problema de preocupación sanitaria dado que tiende a confundirse como un simple dolor que puede generar la automedicación en quienes la padecen, es por esto, que realizaron una nueva jornada de dolor crónico para analizar el abordaje y principales desafíos para el país. “Es imprescindible formar constantemente a diferentes especialistas como por ejemplo médicos de atención primaria, quienes regularmente son la puerta de entrada que recibe al paciente cuando llega a consultar por su dolor. Como asociación nos estamos haciendo cargo de esa formación con estas jornadas, entregando información y compartiendo experiencias con los equipos integrados por distintos profesionales tales como psicólogos, kinesiólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, odontólogos, médicos de diversas áreas y en general a todo el equipo de salud. Si tomamos en cuenta que el paciente tarda alrededor de siete años en lograr controlar la enfermedad, la formación se hace urgente”, enfatiza la doctora Delia Ruiz Rodríguez, médico fisiatra, Vicepresidenta de ACHED-CP y de la Sociedad Chilena de Medicina Física y Rehabilitación.

La Asociación Chilena para el Estudio del Dolor es una agrupación científica multidisciplinaria, que reúne a los distintos profesionales de la salud que tengan interés en el estudio y tratamiento del dolor, al igual que en la investigación clínica en esta área. Sus principales áreas de desarrollo es la educación continua y estas Jornadas de formación serán destinadas al dolor crónico no oncológico y cuidados paliativos.

La importancia de tener estas jornadas está en que podemos analizar desde distintos ámbitos la contingencia en relación con los cuidados paliativos y el dolor crónico no oncológico. Una parte significativa de las jornadas lo destinamos a analizar la Ley de Cuidados Paliativos Universales que, entre otras cosas, establece el derecho al manejo del dolor respecto de pacientes oncológicos y/o que padecen enfermedades crónicas como cardiovasculares o renales.” , explica la doctora Ruiz.

La Organización mundial de la Salud (OMS) actualizó la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), incorporando conceptos que permiten clasificar de mejor manera las patologías que cursan con dolor crónico e identifica algunos tipos de dolor crónico como como una enfermedad en sí misma. En Chile, esta patología tiene una alta prevalencia: de acuerdo con una investigación de la ACHED-CP, un 32% de la población del país padece dolor crónico no oncológico, un 60% presenta dolores moderados y, en el caso de cuadros severos, un 20% mantiene este tipo de dolencia. Por otro lado, el 44% de las personas que padecen la enfermedad presenta cuadros de dolor por más de un añoi.

 

Sobre los principales impactos en los pacientes con dolor crónico, la doctora Delia Ruiz, explica que “desde el punto de vista emocional, las personas afectadas por esta patología se sienten estigmatizadas no sólo por parte de los médicos, sino que también dentro de su espacio familiar, laboral y social, afectando su calidad de vida en distintos ámbitos debido a que gran parte de su rutina diaria se torna en base al dolor, lo que genera ansiedad, frustración, angustia y depresión  al no poder manejar la afección. Desde lo físico, aparecen múltiples síntomas como fatigabilidad, trastornos del sueño, trastornos digestivos y pérdida de la funcionalidad, entre otros.”.

[1] Bilbeny, N., Miranda, J., Eberhard, M., et al. (2018). Survey of chronic pain in Chile – prevalence and treatment, impact on mood, daily activities and quality of life. Scandinavian Journal of Pain, 18(3), pp. 449-456. https://doi.org/10.1515/sjpain-2018-0076

 

 

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