Suele detectarse entre la semana 24 y 28 del embarazo, pero dado a los altos niveles de obesidad y sedentarismo que está prevaleciendo entre la población las alteraciones en la glucosa están siendo cada vez más frecuentes en las primeras semanas de gestación. Para quienes que lo padecen, en un 30% aumenta la posibilidad que se repita en nuevos embarazos y en un 60% se incrementan los riesgo de padecer diabetes tipo 2 si no se adopta un estilo de vida saludable.
La diabetes gestacional se ha ido transformando en una enfermedad silenciosa muy común durante el embarazo, que ha ido aumentando en el tiempo, siendo posible proyectar que alrededor del 10% de las mujeres embarazadas al año en Chile presentan algún grado de intolerancia a la glucosa durante el periodo de gestación. Si bien se desconoce cuál es la causa de esta patología, hay ciertos factores que han incidido en su prevalencia, como mantener un exceso de peso al embarazarse, el sedentarismo o la postergación de la maternidad.
Según explicó Carolina Pérez, diabetóloga de Clínica MEDS, “corresponde a cualquier grado de hiperglicemia, que no cumple con criterios de diabetes y es principalmente diagnosticada durante el embarazo entre la semana 24 y 28, mediante una prueba de tolerancia a la glucosa. Sin embargo, debido al aumento de los factores de riesgo de diabetes y al aumento de prevalencia de sedentarismo y obesidad en la población, cada vez estamos viendo presencias de alteraciones en la glucosa en las primeras semanas de gestación.”
La doctora Pérez agregó que “los principales factores de riesgo que determinan un aumento de la diabetes gestacional están dados por el sobrepeso u obesidad al momento de embarazarse, sedentarismo, como así también por la edad, principalmente cuando los embarazos ocurren después de los 35 años. Para disminuir el riesgo de padecerla lo ideal es embarazarse con un peso normal e incorporar una estilo de vida saludable durante todo ese periodo. No es una condición preocupante en la medida que se controle adecuadamente.”.
Entre los riesgos que están asociados a este trastorno del metabolismo, la especialista en diabetología de Clínica MEDS aseguró que “la hiperglicemia que se produce durante el embarazo puede causar un crecimiento desproporcionado a nivel del feto. Por otro lado, puede aumentar la producción del líquido amniótico en forma excesiva, como así también aumenta el riesgo de parto instrumentalizado. Adicionalmente, puede haber incremento en el riesgo de parto prematuro y riesgos de bajas de azúcar después del parto”.
“A nivel de la madre, la diabetes gestacional aumenta el riesgo del desarrollo de problemas de presión durante el embarazo, siendo el síndrome hipertensivo, la eclampsia y la preclamsia a lo que más tememos”, precisó la facultativa.
Si bien este tipo de diabetes afecta a un pequeño porcentaje de mujeres embarazadas, desapareciendo por completo tras el parto, en la mayoría de los casos, la diabetóloga de MEDS aseguró que “una vez que ocurre el parto, nace el bebé y sale la placenta teóricamente la diabetes gestacional desaparece, porque la placenta es la principal promotora de hormonas que no le permiten a la insulina materna funcionar de forma efectiva. Sin embargo, si la reserva de la insulina de la madre está muy deteriorada existe el riesgo de que tenga algún grado de intolerancia a la glucosa o que quede con alguna alteración, por lo tanto, es fundamental que a partir del mes- post parto- la persona tenga una reclasificación desde el punto de vista metabólico, para evaluar si las glicemias está normales, hay una prediabetes o una diabetes propiamente tal”
Finalmente, la doctora Pérez destacó que “la diabetes gestacional aumenta el riesgo en la mujer de tener nuevos eventos en embarazos futuros, principalmente en un 30%. A su vez, a mediano y largo plazo, si no se adopta un estilo de vida saludable aumenta el riesgo hasta en un 60% de tener diabetes tipo 2, que es la que prevalece mayoritariamente entre la población general”.
Equipo Prensa
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