En Chile se diagnostican más de 5 mil nuevos casos de cáncer de mama al año, según proyecciones realizadas en 2020 por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan). Si bien la mayor incidencia y mortalidad se concentra entre los 50 y 69 años, durante el último tiempo la cantidad de casos en mujeres menores de 40 años ha registrado una importante alza a la que debemos mantenernos alertas.
El cáncer de mama se ha posicionado entre los tres primeros cánceres diagnosticados en mujeres a nivel mundial, y en primer lugar de incidencia en mujeres menores de 40 años, las que representan entre el 5 al 10% de todos los diagnósticos de cáncer de mama.
Es importante considerar que, a nivel mundial, el cáncer de mama ha aumentado 0,8% anualmente, sin embargo, en el subgrupo de menores de 40 años esta cifra presenta un alza del 2.1% al año.
¿Cómo se manifiesta?
Según detalla la doctora Paola Ruiz de Viñaspre, jefa del Centro Integral de la Mama de Clínica Las Condes, “la forma más frecuente de presentación de esta enfermedad en mujeres menores de 40 años es con tumores palpables y diagnósticos más tardíos, es decir, en estados más avanzados. Tumores que normalmente tienen una biología molecular más agresiva que en la población en general”.
Por otra parte, la especialista explica que resulta necesario considerar que, aquellas mujeres que bordean los 40 años están en una etapa de premenopausia, por lo que en muchas ocasiones los síntomas suelen asociarse a embarazos, lo que finalmente dificulta aún más el diagnóstico y por ende el tratamiento se hace más complejo. “Este grupo de pacientes necesita equipos multidisciplinarios para su abordaje, poniendo especial énfasis en la preservación de la fertilidad y en los aspectos sicosociales de la paciente y su entorno”, agrega la especialista de Clínica Las Condes.
Métodos de prevención para una detección temprana
“Para reducir la mortalidad por cáncer de mama en mujeres jóvenes y ser más eficientes con los recursos, se debe mejorar el sistema de seguimiento principalmente en familias con historial de cáncer de mama y en aquellas con alteraciones genéticas demostradas. Se recomienda el control y examen clínico anual por su ginecólogo y al autoexamen mamario en la población general sin los antecedentes antes enunciados”, agrega la doctora, Ruiz de Viñaspre.
Además, es necesario ser conscientes de la gran incidencia que puede tener el autoexamen, si bien, este método no reemplaza en ningún aspecto a la mamografía, el hecho de estudiar y analizar oportunamente un hallazgo puede hacer una gran diferencia.
- Autoexamen mamario y examen clínico anual para detección precoz de alteraciones mamarias.
- Imágenes mamarias (mamografía, ecotomografía y resonancia mamaria) en grupos de alto riesgo definidos por el especialista.
- Cambios de hábito hacia una vida más saludable: Es recomendable controlar el peso, realizar actividad física periódicamente, mantener una dieta equilibrada baja en grasas saturadas y alimentos ultra procesados, disminuir el consumo de alcohol y tabaco.
Equipo Prensa
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