La gestión de las celebraciones navideñas puede representar un desafío para las personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), ya que su nivel de  vulnerabilidad puede aumentar en este contexto.

Es un hecho que, ante un escenario vulnerable, las crisis de las personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) pueden aumentar durante estas celebraciones. Es vital que las redes de apoyo creen un espacio relajado y festivo para que se logre disfrutar de la comida, sin ningún tipo de sentimiento negativo. Además, es recomendable que quienes estén en tratamiento consulten con profesionales especializados para obtener herramientas personalizadas.

En este sentido, la nutricionista de Examedi, María Jesús Zepeda, comenta que “es esencial recordar que la comida es parte de estas festividades, pero no debe dominarlas. El verdadero propósito de estas celebraciones es disfrutar de momentos agradables, desconectarse de las presiones externas y compartir con seres queridos”.

Por lo tanto, la experta sugiere que es apropiado entusiasmarse con la preparación y disfrute de los alimentos, siempre y cuando no se convierta en una fuente adicional de estrés. La meditación, el mindfulness y la desconexión digital son prácticas útiles para reducir el estrés y disfrutar plenamente de estas festividades.

Alimentarse desde la frustración

Durante estas fiestas, es común sentirse culpable debido a la información y presión social relacionada con la alimentación. Es importante recordar que la alimentación está influenciada por múltiples factores y que es válido disfrutar de la comida sin restricciones. Técnicas como la meditación, prestar atención plena a los alimentos y reconocer la saciedad pueden ayudar a cambiar la percepción de culpa asociada con la comida.

Después de las fiestas, es fundamental no caer en la trampa de sentir la necesidad de «compensar» por los excesos alimenticios. La flexibilidad en la alimentación es clave, y es normal que las celebraciones impliquen cambios en horarios y cantidades. “No obstante, es importante retomar los hábitos y actividades cotidianas posteriormente, recordando que un periodo festivo no tendrá un impacto significativo en la salud a largo plazo. Si se necesita asesoramiento para modificar los hábitos alimenticios, se recomienda programar una consulta con nutricionistas especializados”, finaliza la experta.

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