Según la prioridad de riesgo, de los 23 problemas identificados, el listado lo encabeza la comunicación interprofesional ineficaz; luego la falta de liderazgo para abordar problemas de seguridad y calidad y, en tercer lugar, la resistencia a antibióticos debido a su uso inapropiado.
Investigaciones dan cuenta que los errores médicos siguen siendo una de las principales causas de muerte. Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud sugieren que mientras los pacientes reciben atención hospitalaria el riesgo de que un paciente muera por esta causa es de 1 entre 300, y en los países de altos ingresos hasta 1 de cada 10 pacientes son afectados.
De esta manera, la mejora continua de la calidad es un componente importante en las actividades que se desarrollan en los hospitales. Los eventos adversos terminan impactando en ella, afectando a los pacientes, profesionales involucrados, el desempeño financiero de los establecimientos de salud, aumentando sus costos y gastos, y en la carga de trabajo hospitalario, al agregar días de estadía hospitalaria de los pacientes afectados. Asimismo, impactan la reputación e imagen de las instituciones hospitalarias, y agregan cargas adicionales como costos legales y de seguros.
Con el fin de identificar y profundizar en las causas de los principales eventos adversos que ocurren en los hospitales chilenos, las académicas del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la FEN U. de Chile, Liliana Neriz, Alicia Núñez y Verónica Fuentes; junto al académico de la Universidad de Navarra, Ricardo Mateo; y del Departamento de Ingeniería Industrial, Universidad del Bío-Bío Francisco Ramis, llevaron a cabo la investigación Prioridades y análisis de las causas de los problemas de calidad y seguridad en hospitales chilenos, la que buscó priorizar una lista de problemas de calidad y seguridad clínica en función de su gravedad, frecuencia y detectabilidad.
Núñez explica que “se requieren estudios de eventos adversos específicos para el caso de Chile, que permitan promover mejorar continuas en los hospitales del país, y de esta forma, reducir la incidencia de este tipo de eventos que pueden causar daño a los pacientes”.
Problemas de calidad y seguridad
El estudio detectó 23 problemas de calidad y seguridad clínica. Las tres prioridades de riesgo más elevadas en las instituciones de salud son la comunicación interprofesional ineficaz (comunicación entre el personal hospitalario), la falta de liderazgo para abordar problemas de calidad y seguridad que se repiten con frecuencia y la resistencia a los antimicrobianos debido al uso inadecuado de antibióticos.
Luego, vienen la higiene de manos inadecuada de los profesionales de la salud, mal cumplimiento de las guías y/o protocolos clínicos; la participación del paciente y la familia en la seguridad es baja; errores de medicación que ocurren durante las transiciones de atención del paciente (admisión, alta y transiciones entre servicios); eventos adversos causados por medicamentos (reacciones adversas a medicamentos y errores de medicación) en la unidad; escasa divulgación de incidentes y/o eventos; y retraso en la atención médica (errores en las citas, listas de espera), entre otros.
Para el problema de comunicación, se encontraron dos causas principales: las relacionadas al personal (mala dicción/dificultad para escuchar instrucciones, falta de percepción de riesgo, incumplimiento de protocolos y distracción) y las que se asocian con los hospitales (falta de protocolos de doble verificación para las instrucciones, falta de habilidades del personal, falta de personal, falta de protocolos en general y falta de registro).
El documento sostiene que “las habilidades de comunicación son la base para una transferencia efectiva de la información necesaria para lograr resultados de salud superiores y la satisfacción del paciente. Sin embargo, los miembros del equipo de salud no reconocen todos los factores que pueden garantizar una comunicación efectiva, lo que dificulta aún más el diálogo interdisciplinario y entre actores sociales”.
Para reducir los errores clínicos a nivel institucional, señala que “se requiere una reflexión disciplinada para realizar una investigación y análisis sistemáticos de las causas de los eventos adversos y organizar los esfuerzos preventivos. El objetivo es abordar los problemas de comunicación entre profesionales antes de que se cause daño al paciente. Una forma innovadora de gestionar estos problemas es aplicar las últimas tecnologías en procesamiento del lenguaje e inteligencia artificial”. Asimismo, se sugieren soluciones que alerten al personal sobre problemas de falta de comunicación.
Otras posibles soluciones para las prioridades de riesgo son aumentar la capacitación de los profesionales de la salud, mejorar las estructuras organizativas y contrataciones adicionales de personal profesional de la salud, la incorporación de sistemas de seguimiento de eventos adversos y sistemas de seguimiento del cumplimiento de protocolos.
Núñez recalca que “los eventos adversos son evitables y deben reducirse. Registrar dichos eventos, crear una cultura de seguridad, mejorar la calidad de la formación profesional y adoptar medidas preventivas son factores importantes en el diseño de políticas de calidad clínica y seguridad del paciente”.
El estudio se realizó mediante una encuesta en línea al personal responsable de la calidad y seguridad clínica de hospitales de 100 o más camas, distribuidos en diversas regiones del país, entre diciembre de 2018 y junio de 2019. Esta fue respondida en 34 hospitales, lo que arrojó un total de 25 encuestas válidas para el análisis.
Junto con ello, se realizó un grupo focal con personal de los hospitales regionales más representativos, para obtener un conocimiento más profundo de aquellos problemas de calidad y seguridad clínica con la mayor prioridad de riesgo.
Equipo Prensa
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