A lo largo de la última década y en particular en ocasión a los enormes y devastadores efectos de la pandemia de COVID, la salud mental tiene un lugar distinto en la agenda pública, es innegable que avanzamos en el reconocimiento de la dimensión del problema, hoy no se subestima, activamente se generan más estrategias para vencer el estigma, prueba de ello es el lugar que artistas y personas con alta repercusión mediática le dan a la salud mental, desde participantes de realitys hasta afamados actores y jugadores olímpicos realizan sendas declaraciones que logran hacer más visible los problemas de la salud mental, además la salud digital se va consolidando como una estrategia multidimensional que entre otras derrumban las grandes barreras de acceso y en general contamos con marcos normativos, todo ello repercute en el concepto salud y logramos hoy, más que nunca en la historia de nuestras sociedades entender que no hay salud sin salud mental.
Si bien la mayor visibilidad de la salud mental ha generado conciencia sobre el enorme desafío que representa, la inversión en este ámbito sigue siendo baja; según la OMS, el gasto público en salud mental a nivel mundial apenas alcanza el 2% del total del gasto en salud, aumentar la inversión es fundamental para establecer sistemas de salud mental de calidad con suficientes recursos humanos. Sin embargo, simplemente aumentar los recursos no resuelve el problema, las formas tradicionales de atención, basadas en instituciones psiquiátricas, pueden ser parte del hilo de estigmatización y en general no responden a las necesidades actuales, el enfoque actual, centrado en el diagnóstico, la medicación y la reducción de síntomas, ignora los determinantes sociales de la salud mental como la violencia, la pobreza o la falta de vivienda. Esto conduce a un sobrediagnóstico y a la dependencia excesiva en medicamentos, sin considerar intervenciones psicosociales. Es necesario un enfoque integral que considere a la persona en su contexto social y atienda a los factores que impactan su salud mental. La salud mental comunitaria es una respuesta a esta necesidad de enfoque, de hecho, el Plan de Acción en Salud Mental 2019-2025 de Chile busca fortalecer la atención a la salud mental a través de un enfoque comunitario.
La salud mental comunitaria no es un simple cambio de escenario, sino una transformación radical en la forma de entender y abordar la salud mental. Se basa en la comunidad como principal recurso, brindando apoyo y tratamiento a las personas en su propio entorno. Este enfoque alternativo a los modelos tradicionales busca evitar la exclusión social y fortalecer los servicios de salud mental con programas accesibles y adaptados a cada comunidad, en este enfoque las redes sociales desde las que se gestan en el barrio hasta las familiares, son cruciales, y por tanto reflexionar sobre nuestro actual estilo de vida que premia la individualidad y propicia el aislamiento resulta muy útil.
Las redes sociales son fundamentales para la salud mental. La comunidad teje un entramado de contención y apoyo, fortaleciendo los lazos sociales que son pilares del bienestar. Sin embargo, nuestra sociedad actual ha experimentado una fragilización de las redes de contención comunitaria, lo que Emiliano Galende denomina «soledad relacional»(Bang, 2014). La desarticulación de las formas de organización colectiva, la labilización de los vínculos generados y gestados en los barrios, la precarización de los vínculos familiares, y la restricción de los espacios públicos han contribuido a este fenómeno.
La salud mental comunitaria busca revertir esta tendencia. A través de la participación activa de la comunidad, se pueden fortalecer los lazos sociales y construir una red de apoyo mutuo. Este enfoque no solo mejora la salud mental individual, sino que también crea comunidades más fuertes, resilientes y solidarias; fortalecer las capacidades de líderes y gestores comunitarios hace parte de la estrategia, compartir las capacidades desde la atención primaria a las personas, sus líderes y representantes hace parte de la estrategia.
Equipo Prensa
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