• Progresivamente está afectando a más especies animales susceptibles de traspasar el virus H5N1 las personas, advierte Pedro Jiménez, investigador del Centro Internacional Cabo de Hornos y profesor asistente de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

-En su reciente llegada al continente americano, que se inició en 2021, ha experimentado mutaciones que afectaron a los lobos marinos y otros mamíferos acuáticos y ahora también amenaza a las vacas en Estados Unidos, a los visones y osos en Europa. La Niña podría favorecer su retorno al Hemisferio Sur.

La gripe aviar tiene inquietos a los expertos sanitarios del planeta. Hace pocos días la Organización Mundial de la Salud dio a conocer una alerta en la que expresó su “gran preocupación” por la propagación de esta enfermedad en cada vez más especies, incluyendo los seres humanos. Es así como desde enero de 2003, cuando se registró el primer caso de este tipo, hasta el mes pasado, la OMS ya lleva contabilizados 889 casos en humanos de gripe aviar en 23 países, de los cuales 463 murieron.

Esto implica una tasa de mortalidad de 52%, es decir más de la mitad no resistió la enfermedad. Afortunadamente hasta ahora no hay ningún caso de transmisión de persona a persona como ocurre con la influenza o el COVID 19.A principios de abril, por ejemplo, se confirmó que un granjero de Texas había sido infectado tras mantener contacto con ganado lechero infectado. Y esto porque las vacas se han sumado a la lista de animales susceptibles de ser infectados por el virus H5N1 que tiene como fuente a las aves. La principal inquietud es que el virus, que hoy ya es considerado una pandemia zoonótica animal global, se esté finalmente adaptando para transmitirse entre las personas.

Las aves son reservorios naturales del virus. Es decir, las aves tienen gripe y el virus está por completo adaptado a ellas. Pero al menos cada medio siglo una cepa se establece entre la población humana y desata una pandemia. La última vez fue en 2009 con la llamada gripe porcina. Su nombre es porque el virus vino directamente desde los cerdos, pero previamente había circulado entre las aves. De hecho, algunos de sus componentes genéticos son muy parecidos a la que originó a fines de 1918 la tristemente recordada gripe española (H1N1) que terminó con la vida de millones de personas.

La que es responsable del brote actual es la ya mencionada H5N1. Apareció por primera vez en 1996 en el sur de China en aves de corral, y un año después ocasionó una epidemia en un barrio de Hong Kong que significó la muerte de seis personas. Tras un control inmediato dejó de saltar a seres humanos. En cambio, siguió circulando entre las aves de corral y a principios del siglo actual pasó a las aves silvestres. Esto trajo distintas oleadas que afectaron a Europa, especialmente Francia, y el Norte de África hasta que en algún momento entre 2014 y 2015 hizo su primer salto al continente americano por Alaska, transportado por aves migratorias. En esa oportunidad alcanzó a llegar hasta California y hubo mucha inquietud porque se temía que se estableciera permanentemente en las aves silvestres. Pero después de causar algunos daños desapareció.

Parecía que el peligro había pasado, pero en 2021 se produjo una nueva incursión. En esta ocasión las aves llegaron al continente por la isla Saint John, en Labrador, Canadá. Posteriormente el virus avanzó hacia el sur por la costa Este y muy pronto se esparció por toda Norteamérica. Ya cerca del invierno las aves migratorias se desplazaron con el virus más al sur, pasando primero por las costas de Centroamérica y posteriormente alcanzaron Sudamérica.

Las primeras aves migratorias que llegaron enfermas a la región fueron las gaviotas de Franklin, los rayadores y los gaviotines. La mayor mortalidad ha afectado a estos animales.

En el caso chileno el número de aves silvestres muertas se calcula en torno a las cien mil, principalmente migratorias. También fue afectado el pingüino de Humboldt; se estima que perecieron miles de individuos. “Se perdió alrededor del 10% de su población mundial”, asegura el veterinario Dr. Pedro Jiménez, investigador del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y profesor asistente de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

En Perú la cantidad de especies silvestres muertas también ha sido alta. «Aproximadamente entre noviembre de 2022 y julio de 2023 los datos de mortandad en Perú alcanzan a más de 150 mil aves silvestres en áreas protegidas y fuera de ellas se calcula que son más de 200 mil o incluso un poco más», dice el biólogo Víctor Gamarra-Toledo, investigador asociado del Museo de Historia Natural de Perú.

El ecólogo y filósofo Ricardo Rozzi, quien es director del CHIC y académico de la Universidad de Magallanes y de la Universidad de North Texas, afirma que la salud humana y la de los ecosistemas las estamos entendiendo de manera cada vez más integrada. “Una expresión de los problemas y de la gravedad de este asunto son las pandemias, y se ha registrado ahora que la influencia aviar también afecta al ganado bovino. Esto ocurrió en Estados Unidos en vacas lecheras y, por lo tanto, han tomado todas las medidas. Las vacas pueden recuperarse de esta enfermedad y además los productos lácteos son pasteurizados de tal manera que se previene la transmisión a los seres humanos”, destaca el filósofo y ecólogo.

“No hay ninguna evidencia que en Chile haya bovinos contagiados, de ninguna manera, pero el SAG dio una alerta temprana preventiva a los ganaderos de Chile.  De manera colaborativa, entre el SAG y el CHIC, estamos investigando tanto las aves como también ahora los mamíferos”, asegura. Destaca al respecto que, en la región más austral de Chile, Cabo de Hornos, están monitoreando justamente las aves residentes, tomando, por ejemplo, muestras de sangre.

“Este gran paso del virus desde las aves, probablemente migratorias, hacia los mamíferos nos pone claramente en alerta”, dice Rozzi, quien comenta que en otras regiones del mundo la gripe aviar ha causado la muerte de millones de ejemplares de visones, como también de osos en cautiverio.

Un nuevo desafío para la economía y estabilidad regional han sido los brotes en granjas comerciales. Las aves que tienen la infección inmediatamente deben ser eliminadas. Por ejemplo, durante el último brote se eliminaron preventivamente o murieron más de un millón de aves en Chile y más de 2 millones en Argentina hasta que en agosto pasado ambos países se declararon libres de la influenza aviar en planteles.  La vigilancia ahora es intensiva.

“Para los productores afectados resulta dramático porque hay que eliminar todos los animales de sus planteles, y si son empresas medianas pueden perder toda la producción, lo que puede significar entre otras cosas, despidos de personal”, dice el Dr. Jiménez.

Lo complementa el director del CHIC: “Si los planteles de animales domésticos sufren, tenemos un problema para la alimentación humana, tal como ha ocurrido con la gran explosión de la influenza aviar que afectó a planteles industriales, donde subieron los precios de los huevos y también de la carne de pollos, pavos y otras aves de corral”, dice.

El problema es aún más complejo en las granjas pequeñas, especialmente en las que se llaman de traspatio, microsistemas productivos en áreas rurales o suburbanas donde los propietarios tienen de dos a veinte gallinas. En Chile, por ejemplo, hay al menos 4 millones de aves que viven en esas condiciones. “Si se detecta allí influenza significa la eliminación de todos los animales, gallinas, pavos, patos, etcétera. Y esos muchas veces son el sustento que tiene una familia para producir huevos, es decir su fuente de proteína de una forma más asequible. Entonces, puede afectar también lo que es la seguridad alimentaria”, comenta Jiménez.

Pero a diferencia de las granjas industriales el registro de los planteles de traspatio no es obligatorio, lo que complica su fiscalización.

La transferencia del virus tiene lugar desde aves silvestres a las de los planteles, especialmente donde no existen controles de bioseguridad.

En Perú hasta abril se habían registrado más de 60 mil muertes de aves de traspatio tras tres brotes de influenza aviar en la zona de La Libertad, situada a 1593 kilómetros al norte de Lima. El segundo de ellos habría ocurrido por la venta de aves infectadas en mercados locales. La mayor preocupación en el país vecino es la propagación de la enfermedad a los 6 millones de aves ponedoras presentes en planteles de la misma región.

La gripe no se transmite necesariamente por la vía digestiva, pero alimentarse de un ave infectada con influenza aviar es un riesgo que nadie quiere correr. Por lo tanto, un animal infectado se considera de riesgo biológico.

Respecto de las aves silvestres, el veterinario chileno reconoce que la situación es irreversible en las que están enfermas. A diferencia de la gripe normal, que se reproduce en el sistema digestivo o en los pulmones, la aviar puede infectar células en múltiples órganos, incluido el cerebro. Por eso no es raro que los animales mueran presentando signos nerviosos como temblores.

Un detalle particular del caso sudamericano es que también comenzaron a verse afectados los mamíferos marinos, especialmente los pinnípedos, algo que no había ocurrido en el resto del planeta con la misma intensidad que alcanzó en esta región.

Durante el brote murieron alrededor de 50 mil lobos marinos entre Chile y Perú. También perecieron muchos cetáceos, especialmente delfines y marsopas. En el caso de los lobos marinos, estos probablemente se infectan por ingerir aves contaminadas. Es así como existen registros de lobos marinos comiendo gaviotas con síntomas nerviosos.

En Argentina también se registraron decesos de estos mamíferos a partir del segundo semestre del año pasado. La bióloga y viróloga Agustina Rimondi, quien es investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y del Robert Koch Institute, detalla que el sitio más afectado fue Punta Bermeja, la colonia de lobos marinos más grande de Argentina, donde se estima que murieron 811 lobos marinos en un período de 2 meses.

La investigadora en colaboración con autoridades provinciales y guardaparques tomó allí muestras de los animales muertos como de algunas aves.

En la oportunidad vio además un león marino que mostraba dificultad para incorporarse, temblores y espasmos musculares, dificultad para respirar y abundante mucosidad. Clara evidencia de los terribles síntomas de la infección viral.

El análisis permitió identificar nueve mutaciones del virus de la gripe aviar que ya habían afectado a los lobos marinos de Sudamérica.

Según la especialista, este hallazgo refuerza la hipótesis de que el virus sufrió mutaciones que mejoraron su capacidad para infectar pinnípedos, conservando posiblemente la capacidad de infectar también a las aves.

Lo más preocupante es que esta mutación probablemente fue la que posibilitó el único contagio a humanos registrado en Chile y que ocurrió en la zona costera de Antofagasta en marzo del año pasado. Otro caso también en humanos tuvo lugar en Ecuador, ambos sin posterior propagación.

Afortunadamente pasado el invierno de 2023 la alarma pasó y al menos en Perú, Chile y Argentina no se han vuelto a registrar nuevos casos en planteles industriales, aunque los monitoreos siguen registrando ocasionalmente aves silvestres portadoras de gripe aviar.

“Desde mediados del año pasado hasta el momento hubo una reducción bastante fuerte de la mortandad y los casos han sido aislados, concentrándose en algunas especies como gaviotas. Incluso podría tratarse de aves que están moviéndose desde Chile a Perú y de ahí al norte del continente, por lo tanto, podríamos hipotetizar que se trata de aves que en sus recorridos migratorios han podido contagiar algunas especies”, estima el Dr. Gamarra-Toledo.

El académico peruano añade un elemento a la disminución de animales infectados. “Una hipótesis es que buena parte de la caída en la mortandad de aves posiblemente se deba al fenómeno de El Niño (que junto con La Niña caracterizan a la oscilación térmica del Pacífico Sur). El aumento de la temperatura del mar desde mediados del 2023 frenó un poco el virus porque lo que se cree es que tiene mayor prevalencia en aguas frías. Eso explicaría la gran mortalidad de aves silvestres en Perú al comienzo del brote en noviembre de 2022, cuando las aguas estaban más frías por La Niña”.

Pero justamente este mes acaba de anunciarse el fin del ciclo cálido de este último El Niño. “Siguiendo con la hipótesis, se espera que las aguas nuevamente vuelvan a su condición de frías y que, durante la próxima etapa de migración, de septiembre a diciembre, lleguen nuevas aves contagiadas procedentes de Norteamérica. Probablemente haya una recombinación del virus, pero en realidad no estamos seguros de lo que pueda ocurrir”, admite Gamarra-Toledo.

Para el Dr. Jiménez lo positivo es que por ahora en Sudamérica la gripe aviar no ha saltado a otros animales domésticos como ocurre con las vacas solo en Estados Unidos por ahora. “Nunca se había registrado la influenza aviar en vacas. Ellas poseen una propia, pero que no afecta a los humanos. Este brote sería algo nuevo y además se trata de una gripe altamente patogénica, porque produce signos clínicos en la vaca; y, además, tiene la capacidad de saltar a las personas”.

Para el especialista el peligro más grande es que salte a los cerdos. “Eso es porque ellos son muy susceptibles a la gripe humana también y existe la posibilidad de que se reordene esta gripe altamente patogénica con algunos genes internos de los cerdos que sean compatibles con los de los humanos. Ahí esto tomaría fuerza”, advierte. (por Richard García, Comunicaciones Llambías)

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