La enfermedad se presenta con mayor frecuencia en temporadas frías y se puede prevenir el contagio a través de la vacunación que es efectiva y uso de mascarilla.

 

La influenza, o también conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa causada por los virus de la influenza y los más comunes son los tipos A y B. La enfermedad afecta la nariz, la garganta y, en algunos casos, los pulmones, pudiendo causar la enfermedad leve a grave y, en ocasiones, puede llevar a la muerte.

“Esta se transmite por vía respiratoria a través de las gotitas que se producen al toser o estornudar de una persona contagiada. La enfermedad puede ser leve o grave y en algunos casos incluso provocar la muerte”, explicó Patricio Manzárraga, Decano de la Facultad de Medicina UCSC.

Factores

Ante la llegada del otoño e invierno, los cuadros respiratorios aumentan, ya que las bajas temperaturas facilitan la propagación de estos en estaciones frías.

Nicolás Saá, médico y académico de la Facultad de Medicina UCSC, indicó que “también el aumento de casos de influenza puede deberse a otros factores, entre ellos, la baja tasa de vacunación; si una gran parte de la población no está vacunada, el virus puede propagarse más fácilmente. Por ello la importancia de la vacunación estacional en la población”

“Relajación de medidas preventivas y la disminución en el uso de mascarillas y otras medidas preventivas puede contribuir a un aumento en los casos”, añadió Saá.

 Síntomas

La influenza se presenta con síntomas como congestión o secreción nasal, tos, fiebre (aunque puede no haber fiebre) o sentirse afiebrado/con escalofríos, dolor de garganta, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, fatiga (cansancio), a veces vómitos y diarrea (especialmente en niños).

“Habitualmente la enfermedad dura aproximadamente de 7 a 10 días, sin embargo la sobreinfección bacteriana pudiera prolongar los síntomas”, señaló Manzárraga.

Sin embargo, los pacientes que comienzan a sentir dificultad respiratoria o síntomas de neumonía, deben consultar en urgencias. “Es necesario cuando se presentan los siguientes síntomas: dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho o el abdomen, confusión, vómitos severos o persistente, síntomas similares a la influenza que mejoran, pero luego regresan con fiebre y una tos peor (puede estar desarrollando una neumonía)”, sostuvo Saá.

La mayoría de las personas se recuperan sin problemas graves, pero pueden sentirse cansadas y débiles durante algunas semanas más. “Las complicaciones de la influenza pueden incluir: neumonía, bronquitis aguda, infecciones de los senos paranasales y del oído como sinusitis, otitis, empeoramiento de enfermedades crónicas, como el asma, la diabetes o las enfermedades cardíacas”, enfatizó Saá.

Las complicaciones más graves incluyen las neumonías, miocarditis, encefalitis, miositis, fallas multiorgánicas y sepsis, las cuales son más comunes en ciertos grupos de riesgo, como niños pequeños, personas mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidos.

Precauciones

Ambos expertos coinciden que la vacunación anual contra la influenza, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, evitar el contacto cercano con personas enfermas, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable o el codo al toser o estornudar.

Asimismo, evitar tocarse la cara, especialmente los ojos, la nariz y la boca, limpiar y desinfectar superficies que se tocan con frecuencia, y mantener un estilo de vida saludable para fortalecer el sistema inmunológico, incluyendo una dieta balanceada, ejercicio regular y descanso adecuado, puede ayudar a evitar el contagio de la influenza o disminuir sus síntomas.

 

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