Desde Schindler Chile detallan que el tiempo de espera del transporte vertical en recintos de salud está regulado y, en algunos casos, no debe superar el minuto. Para que ello se cumpla es clave contar con mantenciones efectivas, tanto preventivas como correctivas y, en algunos casos, considerar la presencia permanente de un técnico que pueda solucionar cualquier imprevisto.
Santiago, noviembre de 2024. El tiempo promedio que debe tardar un ascensor en atender un llamado de cuando una persona lo solicita en un recinto hospitalario, clínica o centro médico en Chile está regulado. Y si bien, en teoría no debería exceder más de un minuto de espera, una correcta mantención podría ser clave sobre todo para casos de urgencias médicas, pues los ascensores podrían tener un rol crucial a la hora de salvar vidas.
Pero ¿cuánto tiempo debe tardar un ascensor en planteles médicos? Christian Koren es Gerente Técnico de Ascensores Schindler Chile y en su calidad de especialista explica que la normativa regula estos tiempos en promedios, por lo que es necesario considerar varios factores.
“En términos prácticos, la normativa indica que los ascensores en hospitales y centros médicos debe tardar, en promedio, 40 segundos desde que alguien lo llama hasta que el elevador se encuentra disponible en el piso para atender la demanda generada. En cuanto a la llegada al piso de destino, este no debería superar los 110 segundos. Ahora bien, esto es un promedio que se calcula al momento de la construcción de los establecimientos y el objetivo luego, es que en la realidad al momento de la ocupación de los mismo estos tiempos se mantengan asegurando el servicio esperado”, sostiene.
El experto detalla que estos tiempos está dispuestos en la Ley 20.296, específicamente dentro de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones donde se establece un “cálculo de ascensores o muchas veces llamado estudio de tráfico. Este ítem regula la capacitad instalada para atender las demandas existentes en los edificios. En este estudio se evalúan diferentes factores como son el destino del edificio, número de pisos, superficie útil, ocupación de población de superficies, etcétera”.
Koren agrega que “lo que se indica ahí es que los promedios para tiempos de espera y tiempos de llegada al destino se deben calcular en una medición de cinco minutos y que, dentro de estos viajes medidos, debe contar con un uso mínimo del 12% del total de la capacidad de personas que se puedan trasladar en ese recinto”.
Para garantizar lo anterior es fundamental contar con estudios de tráfico en los cuales se calcula tanto las demanda como la capacidad instalada disponible, de manera tal de anticipar cualquier complicación o deficiencia en este sentido, importante además es que estos estudios o mediciones sean solicitados a empresas competentes y con herramientas tecnológicas que avalen sus registros.
Tiempos de disponibilidad de operación pueden salvar vidas
Uno de los principales objetivos de esta regulación es garantizar que la disponibilidad de los ascensores en recintos hospitalarios se encuentre dentro de los márgenes indicados entendiendo que son fundamentales para la seguridad y pueden realmente aportar en salvar vidas.
“En su gran mayoría, las urgencias médicas están en los primeros pisos de los recintos hospitalarios. Sin embargo, hay ocasiones en que los mismos pacientes desestiman sus síntomas y podrían ingresar por los estacionamientos antes que las urgencias. O tal vez en otros casos, los acompañantes pueden estar tan nerviosos que podrían confundirse, subir al ascensor y presionar algún piso equivocado. En ambos casos el correcto funcionamiento de un ascensor será clave para mejorar las condiciones de atención de estas personas y posibilitar la respuesta a los pacientes en los menores tiempos posibles.
Por eso la mantención mensual es clave. Ahora bien, cuando el recinto cuenta con un número importante de ascensores resulta mucho más conveniente disponer de un técnico a tiempo completo, que pudiese estar monitoreando el estado del transporte vertical.
“La ley obliga a que las mantenciones preventivas de los ascensores dentro de hospitales y centros médicos se realice una vez por mes. Esto es fundamental para comprobar el correcto funcionamiento de los equipos y anticipar cualquier condición que pueda ocasionar una falla o desperfecto futuro con el objetivo que estén disponible cuando necesitemos de ellos. Por eso, una opción que resulta todavía mejor en planteles hospitalarios es contar con personal técnico que se encuentre de manera permanente en el recinto. Con ello, la mantención se realiza de manera continua y se puede actuar con celeridad cuando existan imprevistos”, ilustra Christian Koren.
En ese sentido, menciona que los planteles médicos de gran magnitud son los que tendrían mejores alternativas si se trata de contar con especialistas exclusivos para estos recintos.
Equipo Prensa
Portal Prensa Salud