El infectólogo del Hospital de La Florida, Dr. Ignacio Rodríguez comparte algunas recomendaciones para ayudar a detener esta amenaza mundial, responsable directa de 1,3 millones de muertes e indirecta de otros cinco millones de decesos cada año.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM), también llamada “asesina silenciosa”, ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las 10 principales amenazas de salud pública que enfrenta la Humanidad. Ocurre cuando los microorganismos se adaptan y sobreviven a los medicamentos diseñados para eliminarlos. El uso excesivo e incorrecto de antibióticos, antivirales y antifúngicos es una de las principales razones de este fenómeno, agravado por el mal uso en humanos y animales. Como resultado, las infecciones se vuelven más difíciles y costosas de tratar, lo que aumenta el riesgo de complicaciones, hospitalizaciones prolongadas y mortalidad.

La OMS documentó en 2019 que, de casi cinco millones de muertes en el mundo asociadas con infecciones bacterianas resistentes a medicamentos, 1,3 millones de ellas estaban relacionadas directamente a la resistencia bacteriana a los antimicrobianos. El 20% de esos decesos fueron en niños menores de cinco años. Asimismo, el organismo ha advertido que, de no actuar de una manera más enérgica, la esperanza media de vida se reduciría en 1,8 años para 2050 a nivel global.

Esta realidad ha llevado a que recientemente, líderes mundiales reunidos en la sede de la ONU en Nueva York, firmaran un compromiso para abordar esta problemática desde otorgar financiamiento, gobernanza y una respuesta coordinada entre países. Mientras que, en Chile se ha establecido como una de las prioridades de la Estrategia Nacional de Salud para 2030, donde el objetivo es reducir el riesgo de emergencia y diseminación de la RAM.
“Como los antibióticos han demostrado salvar muchísimas vidas, su uso y abuso es cada vez más frecuente y extendido en la medicina. Lamentablemente eso hace que los microorganismos que viven con nosotros se sientan presionados a adaptarse y generan rápidamente resistencia a los medicamentos que usamos a diario. Además, la transmisión de las bacterias de persona a persona hace que gente que nunca ha estado expuesta a antibióticos porte bacterias resistentes”, explica el Dr. Ignacio Rodriguez, infectólogo del Hospital de La Florida.

Asimismo, Rodriguez añade que el rápido avance de este problema obliga a todos a tomar conciencia sobre el uso de los antibióticos. “Actualmente, la velocidad con que generan resistencia es mucho mayor a la velocidad con que se crean y fabrican nuevos antibióticos, por lo que cada día que pasa las opciones son menores y más complicadas”.

Recomendaciones

Usar antibióticos solo cuando sea necesario: Uno de los mayores errores es consumir antibióticos para tratar resfriados o infecciones virales, como la gripe, en las cuales no tienen ningún efecto. Consulte siempre a su médico y siga estrictamente sus indicaciones.
Evitar automedicarse: La automedicación es un factor determinante en el mal uso de los antimicrobianos. Recuerde que la automedicación no solo afecta su salud, sino que también contribuye a crear resistencias.

No interrumpir los tratamientos recetados: Completar los tratamientos recetados es fundamental para garantizar que la infección sea eliminada por completo. Interrumpir el tratamiento antes de tiempo puede dejar microorganismos resistentes en el cuerpo.
Promover una higiene adecuada: Lavarse las manos frecuentemente y mantener los espacios limpios disminuye las probabilidades de enfermarse y de propagar bacterias y virus.

Vacunarse: Las vacunas ayudan a prevenir infecciones y, al reducir la necesidad de tratamiento con antimicrobianos, también limitan la posibilidad de crear resistencias.

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