La queja crónica es un hábito común que puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental tanto en adultos como en niños.
El estrés de fin de año es un factor que puede exacerbar la tendencia a quejarnos y sentirnos cansados. Los pendientes para cerrar 2024, sumado a las festividades y sus preparativos, implican una gran cantidad de actividades, expectativas y presiones sociales. Como consecuencia, es más probable que nos quejemos de pequeñas molestias o que nos sintamos abrumados por la cantidad de tareas pendientes.
Si bien la queja es una respuesta natural ante situaciones desagradables, puede convertirse en un problema cuando se vuelve un hábito. “La combinación de estrés y cansancio puede crear un círculo vicioso que dificulta encontrar soluciones a nuestros problemas”, advierte la psiquiatra de Clínica INDISA, Nathali Ángel.
Cuando estamos estresados y cansados, nuestra capacidad para pensar con claridad y tomar decisiones se ve afectada. Esto puede llevarnos a centrarnos en los aspectos negativos de las situaciones y a buscar culpables en lugar de soluciones.
Efectos de quejarse
“La queja crónica puede alterar las estructuras cerebrales relacionadas con la resolución de problemas, la toma de decisiones y la función cognitiva”, asegura la Dra. Nathali Ángel, psiquiatra de Clínica INDISA. Además, puede causar emociones negativas como:
- Estrés.
- Ansiedad.
- Frustración.
- Pesimismo.
- Menor resiliencia y capacidad para afrontar adversidades.
¿Cómo romper con este hábito?
La queja crónica es un patrón de comportamiento que puede ser perjudicial para nuestra salud y bienestar. Al ser conscientes de sus efectos y poner en práctica estrategias para reducirla, podemos mejorar nuestra calidad de vida.
La psiquiatra de INDISA entrega distintos tips para romper con este hábito y poder llevar un buen fin de año:
- Cultivar la gratitud: enfocarse en lo positivo puede cambiar la perspectiva.
- Buscar soluciones: en lugar de lamentarse, buscar acciones concretas para mejorar la situación.
- Cuidar el lenguaje: utilizar un lenguaje más positivo y constructivo.
- Establecer límites: evitar conversaciones centradas en la negatividad.
¿Cómo les afecta el fin de año a los niños?
“Los adultos no son los únicos afectados con el estrés de diciembre”, advierte la Dra. Ángel. “La ruptura de la rutina escolar y las altas expectativas de las vacaciones pueden generar ansiedad y dificultades para adaptarse”, agrega.
Alteración de los horarios de sueño y alimentación, presión social y aburrimiento son algunas de las causas que puede tener el estrés en los niños. La doctora sostiene que las consecuencias más notorias son los síntomas que uno ve: irritabilidad, rabietas, dificultad para concentrarse y problemas físicos como dolores de cabeza y trastornos en el sueño. Sin embargo, existen otras consecuencias invisibles a los ojos que son importantes de abordar, como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima.
Sin embargo, establecer una rutina flexible durante las vacaciones puede ayudar a los niños a sentirse más seguros y relajados. Al mantener horarios regulares para dormir y comer, y al planificar actividades divertidas, los padres pueden crear un ambiente que promueva el bienestar emocional de sus hijos. En caso de necesidad, se recomienda que los niños sean acompañados por un médico de salud mental.
Clínica INDISA cuenta con profesionales capacitados para acompañarte a ti y a tus hijos en cada momento de sus vidas. En caso de consulta, no dudes en visitar cualquiera de sus clínicas en Providencia o Maipú.
Equipo Prensa
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