Este verano muchas familias aprovechan para disfrutar de la naturaleza, reconectarse y vivir momentos al aire libre. No obstante, esta época también trae consigo la amenaza del Hantavirus, enfermedad zoonótica grave y potencialmente mortal, transmitida por el ratón de cola larga a través de sus secreciones.
“El Hantavirus es endémico en Chile, con mayor incidencia entre noviembre y marzo, afectando principalmente a quienes realizan actividades outdoor o visitan zonas rurales. Su letalidad oscila entre un 30 a un 40%, aunque ha mostrado una ligera disminución en los últimos años. Sin embargo, su amenaza persiste, sobre todo en regiones del sur del país”, explica Beatriz Arteaga, Directora de la Escuela de Enfermería y de Técnico de Nivel Superior en Enfermería de Universidad de Las Américas.
¿Cómo ocurre el contagio?
El virus se encuentra en la orina, heces y saliva de roedores infectados y, según detalla la profesional, las formas de contagio pueden ser las siguientes:
Inhalación: la más común, al respirar aerosoles contaminados con secreciones de ratones en lugares cerrados o abiertos.
Contacto directo: al tocar roedores o sus heces.
Mordeduras: provocadas por ratones infectados.
Transmisión persona a persona: es menos frecuente, pero sí es posible en los primeros días de síntomas desde una persona infectada a una sana.
“Los síntomas iniciales pueden demorarse entre una a seis semanas (periodo de incubación) y se presentan con señales inespecíficas como fiebre, dolor muscular y de cabeza, náuseas o vómitos. Luego, avanzando a la fase cardiopulmonar, se instala la tos, dificultad respiratoria severa, insuficiencia respiratoria, shock y posible muerte”, enfatiza Arteaga.
En esta línea y para disfrutar el verano con responsabilidad y tranquilidad, la experta de UDLA comparte las siguientes medidas de prevención:
Para acampar, preferir zonas despejadas y limpias, sin matorrales o pastizales altos
Usar carpas en buen estado y con cierres herméticos
Transitar por senderos habilitados y evitar zonas de vegetación densa
No caminar entre matorrales ni recoger frutos silvestres
Mantener los espacios limpios y no dejar alimentos ni basura expuestas
Almacenar alimentos y agua en recipientes bien cerrados y herméticos
Ventilar por al menos 30 minutos los espacios cerrados antes de ingresa
Al ingresar a espacios cerrados, se deben limpiar con agua y cloro, utilizando mascarilla y guantes
Reparar grietas y sellar entradas que puedan permitir el acceso de roedores
Si se presenta fiebre, dolores musculares o dificultad para respirar tras actividades de riesgo, acudir de inmediato a un centro de salud
Equipo Prensa
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