- Santiago, 29 de abril 2025. Cuando hablamos de enfermedades respiratorias, si hay un virus al que debemos prestar especial atención, dentro de la amplia variedad que provocan infecciones respiratorias, es el virus respiratorio sincicial (VRS). Desde hace muchos años se ha identificado al VRS como una de las principales causas de infección en recién nacidos y en niños pequeños, sin embargo, investigaciones recientes han mostrado una importante presencia de este virus en los adultos, siendo similar y en ocasiones mayor a la de la influenza.
De acuerdo con la Revista Chilena de Infectología, esta enfermedad es responsable del 5-10% de las infecciones del tracto respiratorio inferior en adultos mayores de 65 años en Latinoamérica[2] . Así lo explica la Dra. Jessica Jassir, gerente médico de área de Vacunas Adulto GSK LSP, quien advierte que “especialmente la población sobre los 60 años es más susceptible a la infección por VRS debido a un declive natural de su función inmunitaria. A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunitario se debilita, lo que reduce nuestra capacidad para combatir las infecciones”.
Según la especialista, junto con los cambios relacionados con la edad en la función pulmonar, existen factores que inciden en que los adultos mayores sean más vulnerables a complicaciones tales como bronquitis aguda y neumonía. “Muchos pacientes no son conscientes de la gravedad del VRS, que puede evolucionar rápidamente de un resfriado común a una neumonía. En adultos mayores inmunodeprimidos, con enfermedades crónicas, sobre todo respiratorias, aumenta la posibilidad de desarrollar una enfermedad relacionada con el VRS que podría poner en peligro su vida”, comenta.
Asimismo, la Dra. Jassir advierte que un envejecimiento poblacional representa grandes desafíos en diferentes aspectos, entre ellos, la salud de este grupo etario, ya que de acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la mayoría de las muertes por virus respiratorios ocurren en pacientes sobre 65 años, y el riesgo aumenta considerablemente a medida que avanza la edad[3]. En Chile, según datos del Instituto de Salud Pública, durante 2024 se registraron más de tres mil adultos mayores de 60 años contagiados con VRS[4].
Los mecanismos de control más efectivos
A pesar de sus serias consecuencias, el VRS sigue estando subdiagnosticado en adultos. A menudo se confunde con la gripe o incluso con el COVID-19, debido en parte a la similitud de los síntomas, que incluyen tos, estornudos y secreción nasal. “Al igual que la gripe y el COVID-19, el VRS puede ser especialmente peligroso para las personas con afecciones cardiovasculares y respiratorias crónicas. Sin embargo, los desenlaces para quienes se vean expuestos como la oxigenoterapia, la falla multiorgánica e ingreso a la UCI podrían ser aún peores[5]. Ante esta situación, aumenta la necesidad de un diagnóstico oportuno y preciso ya que, si no se trata a tiempo, puede provocar complicaciones respiratorias graves, sobre todo en pacientes con sistemas inmunitarios debilitados o enfermedades preexistentes, como insuficiencia cardíaca crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica”, indica la especialista.
Entre las medidas de prevención, la Dra. Jassir destaca “mediante la vacunación, pueden protegerse significativamente de complicaciones secundarias del VRS, evitar casos graves y reducir el riesgo de hospitalización. También es importante el lavado constante de manos, desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, cubrirse la boca con el antebrazo al toser o estornudar, mantener una ventilación adecuada de los espacios cerrados y utilizar mascarilla son otras alternativas que también contribuyen a evitar contagiarse del virus y desarrollar la enfermedad[6]”.