Una problemática que puede afectar el bienestar emocional de niñas y niños, dejando consecuencias graves e incluso irreversibles a largo plazo.

02 de mayo de 2025.- El acoso escolar, también conocido como bullying, afecta a 1 de cada 3 estudiantes en el mundo, según datos de la UNESCO. En Chile, las denuncias por temas de convivencia escolar siguen siendo las más frecuentes, alcanzando 1.518 casos durante el último período. Esto equivale al 60,7% del total recibido por la Superintendencia de Educación y representa un alza del 25,1% respecto al año anterior.

En ese contexto, y con motivo del Día Mundial contra el Bullying, especialistas de la salud profundizan en estrategias de prevención e intervención que permitan proteger el bienestar emocional y físico de niños, niñas y adolescentes.

La Dra. María Soledad Calvo, psiquiatra infantojuvenil de Clínica Dávila, advierte que la violencia escolar responde a una conducta sistemática y repetitiva cuyo objetivo es dañar física o psicológicamente a la víctima. «Siempre hay una desigualdad de fuerza o poder, donde el ‘matón del curso’ busca al niño más tímido, más inhibido, para agredirlo», explica.

Según la especialista, los padres deben estar atentos a cambios de ánimo sin causa aparente, como tristeza, llanto fácil, irritabilidad o alteraciones en el apetito y el sueño. También pueden presentarse síntomas físicos como dolores abdominales o de cabeza, disminución en el rendimiento escolar y conductas de aislamiento social.

Desde una perspectiva de acompañamiento y reparación, Jennifer Conejero, psicóloga infantojuvenil de Clínica Santa María, subraya la importancia de fortalecer la autoestima de los niños afectados: «Es importante que las familias les crean a los niños sobre sus experiencias y no las minimicen, pero tampoco las intensifiquen, porque la idea es que el niño entienda que ha vivido una experiencia dolorosa, pero que puede salir adelante». 

La experta también destaca el rol de los entornos sociales positivos, en los cuales los niños puedan generar vínculos sanos, sentirse valorados y construir resiliencia. Además, recalca que muchas veces será necesario el apoyo terapéutico para elaborar las experiencias de violencia vividas y fomentar habilidades de convivencia.

¿La tecnología es un factor que empeora el acoso?

La prevención también debe adaptarse a los nuevos escenarios digitales. La Dra. Ximena Villanueva, neuróloga pediátrica de Clínica Ciudad del Mar, advierte que hoy el bullying no solo se manifiesta en el aula, sino también a través del ciberacoso. «Actualmente también se da de forma cibernética. Se debe aconsejar no usar celular con internet en menores de 12 años, no usar videojuegos con chat, no tener redes sociales en menores de 14 años y usar programas de supervisión parental en el hogar», señala.

La especialista enfatiza la necesidad de promover una comunicación fluida en las familias, libre de pantallas durante los momentos de conversación, fomentar actividades deportivas y sociales, y fortalecer la educación emocional desde los establecimientos escolares como estrategia clave para la prevención.

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