El frío y la humedad aumentan el riesgo de infecciones respiratorias en los más pequeños. Médico familiar de la U. Andrés Bello entrega recomendaciones para evitar complicaciones durante este frente de mal tiempo

Durante los meses más fríos y sobre todo ante temporales como el que enfrenta varias regiones del país en estos días, el aumento de la humedad ambiental puede traer consecuencias para la salud de los niños.

La Dra. Mónica Núñez, médico familiar y académica de la Escuela de Medicina UNAB, advierte que las condiciones invernales, marcadas por las bajas temperaturas, la humedad y una mayor circulación viral, elevan el riesgo de enfermedades respiratorias.  “Esto afecta especialmente a los grupos más vulnerables, como los niños menores de tres meses y aquellos con el sistema inmunológico debilitado”, señala la especialista.

Nuñez explica que la exposición prolongada a ambientes interiores húmedos y fríos favorece la irritación y el enfriamiento de las mucosas respiratorias, lo que disminuye la capacidad de defensa del organismo. “Esto incrementa el riesgo de infecciones virales. Además, la persistencia de la humedad puede provocar la aparición de hongos, acentuando alergias y cuadros respiratorios”, agrega la docente.

Según la experta, la humedad relativa ideal en un hogar debe mantenerse entre un 30% y 50%. Niveles superiores al 60% ya representan un riesgo para la salud, sobre todo en niños.

Medidas para prevenir

Para evitar estos problemas, la Dra. Núñez recomienda ventilar diariamente los espacios del hogar, incluso durante el invierno. “Abrir las ventanas por algunos minutos al día ayuda a renovar el aire y a reducir la concentración de virus, bacterias y hongos”, explica.

También sugiere evitar secar ropa al interior de la vivienda, ya que esta práctica eleva considerablemente los niveles de humedad. “Además, es fundamental evitar la contaminación intradomiciliaria, especialmente el humo del tabaco, que agrava los riesgos respiratorios”, advierte.

Respecto al uso de aparatos, la especialista indica que los deshumidificadores pueden ser útiles como apoyo, pero nunca deben reemplazar las medidas básicas de ventilación y limpieza.

La médico familiar indica que si ya se detectó moho en la casa y hay niños presentes se debe actuar cuanto antes posible. “El moho puede aumentar las infecciones respiratorias, causar irritación ocular y en la piel. Si la vivienda sufrió una inundación o ingreso de agua, no debe volver a ser habitada hasta que esté completamente seca”, enfatiza. La eliminación del moho y una adecuada limpieza son clave para proteger la salud de los menores.

“En un contexto de lluvias prolongadas y bajas temperaturas, como el que enfrenta actualmente gran parte del país, cuidar la calidad del aire dentro del hogar se vuelve esencial para prevenir complicaciones respiratorias en la infancia”, concluye la especialista.

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