Cada vez son más las personas que buscan mejorar la calidad de su piel sin interrumpir su rutina diaria. Frente a esa demanda, ha comenzado a ganar terreno en Chile un nuevo tratamiento con láser CO₂ que mejora visiblemente la textura cutánea, atenúa manchas, cicatrices y líneas finas, con una recuperación que rara vez supera las 48 horas. Su aplicación, que estimula la regeneración celular profunda sin afectar la superficie, permite mejorar el aspecto general del rostro sin comprometer la rutina personal ni generar marcas visibles.

A diferencia de los métodos tradicionales, que trabajan con una intensidad térmica más alta y exigen reposos prolongados, esta tecnología entrega la energía de manera controlada, lo que permite mantener la capa superficial intacta mientras activa la producción de colágeno y elastina en las capas más profundas. El resultado es una piel más luminosa, firme y uniforme, con un tono más parejo y poros visiblemente refinados, todo sin las molestias propias de procedimientos invasivos.

“Estamos hablando de una evolución del láser CO₂ fraccionado. Logra resultados comparables a los tratamientos más intensivos, pero con mucho menos impacto en la piel y en la rutina del paciente”, explica el doctor Isaac Moreno, especialista en estética orofacial de Clínica Costa Verde.

La sesión dura cerca de 15 minutos y no requiere anestesia. El enrojecimiento posterior es leve —similar al de una exposición solar— y suele desaparecer en uno o dos días. Desde el primer uso, muchas personas notan una mayor suavidad al tacto, un brillo natural recuperado y una mejora en el tono apagado. En pieles con cicatrices de acné o signos de envejecimiento moderado, los resultados tienden a potenciarse cuando se combinan con protocolos complementarios como exosomas o vitaminas inyectables.

Este tipo de tratamiento, popularizado por celebridades como las Kardashian, ya no es exclusivo de Hollywood. Hoy está disponible en Chile, con tecnología segura, profesionales capacitados y precios accesibles. Lo que antes era un secreto de belleza de la élite, ahora es una opción real para quienes buscan verse bien sin intervenciones invasivas.

Un fenómeno que ha llamado la atención del equipo médico es el aumento de pacientes hombres. Muchos de ellos buscan procedimientos eficaces pero discretos, que no interfieran con su jornada laboral ni delaten cambios bruscos. “Es una opción ideal para quienes quieren verse mejor sin que sea evidente que han hecho algo. La naturalidad de los resultados es clave”, comenta Moreno.

Este tipo de propuestas responde a un giro cultural profundo: la estética ya no se ve como una transformación radical, sino como parte del autocuidado y el bienestar. Las personas priorizan tecnologías que se adapten a su estilo de vida activo, que les devuelvan luminosidad y frescura sin sacrificar tiempo ni exponerse a efectos adversos. “La medicina estética está entrando en una nueva etapa, más consciente y realista. Los pacientes buscan tratamientos compatibles con su agenda, y eso exige procedimientos más respetuosos con la piel y su ritmo”, señala el especialista.

Aunque se trata de una alternativa segura y bien tolerada, sigue siendo fundamental que su aplicación esté a cargo de profesionales con experiencia en láser CO₂. Personalizar el tratamiento según el tipo de piel y los objetivos específicos sigue siendo la clave para lograr buenos resultados y evitar efectos no deseados.

Este protocolo ya está disponible en Chile y, por su compatibilidad con distintos tipos de piel y edades, se posiciona como una opción moderna, eficiente y de bajo impacto dentro del universo de la estética facial no invasiva.

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