Claudio Inostroza Lillo, Académico Terapia Ocupacional, Universidad Andrés Bello UNAB
Claudio Inostroza Lillo, Académico Terapia Ocupacional, Universidad Andrés Bello UNAB

Cada diciembre se conmemora a las personas en situación de discapacidad, con el fin de promover los derechos, el bienestar y la inclusión en todos los ámbitos de nuestra sociedad.  En Chile según el último estudio nacional de discapacidad (ENDISC 2022), existen más de tres millones de personas que viven en situación de discapacidad, lo que establece grandes desafíos para el Estado como garante de derechos, para las políticas públicas y para la sociedad en su conjunto.

Vivimos en un contexto que mantiene desigualdades estructurales, culturales y legales, que siguen perpetuando la marginación y exclusión de personas en situación de discapacidad.

Entender la discapacidad desde una perspectiva de derecho permite visibilizar la importancia de la participación social, la ciudadanía, la autonomía y el ejercicio pleno de los derechos humanos de todos y todas. Implica también comprender que la discapacidad no se limita solo a la interacción entre la condición de una persona con las barreras de su entorno, o a los apoyos que podamos dar desde una mirada caritativa o solidaria, sino que es una cuestión de justicia social, ya que pone de manifiesto las desigualdades estructurales, que impiden el ejercicio pleno de los derechos humanos de personas en situación de discapacidad.

No debemos olvidar que la situación de discapacidad se entrecruza con otras dimensiones de desigualdad, discriminación y exclusión como lo son el género, la clase social, la orientación sexual, la raza y la edad. Claro ejemplo de ello es que en Chile siguen siendo las mujeres y las personas mayores las que tienen mayores índices de discapacidad, que a su vez se asocian con pobreza, vulnerabilidad y menores oportunidades laborales y educativas.

No podemos olvidar tampoco que personas de pueblos originarios siguen viviendo en situación de discapacidad en contextos de ruralidad, muchas veces sin acceso a rehabilitación y otros derechos tan importantes para su dignidad. Sabemos también que las personas en situación de discapacidad que presentan dependencia severa son cuidadas principalmente por mujeres, esposas e hijas, que dejan su vida de lado para ejercer el rol de cuidadora, esto implica también generar acciones para para abordar las formas complejas y diversas en las que se experimenta la exclusión.

Desde la terapia ocupacional vemos con gran relevancia avanzar desde miradas tradicionales donde el foco esté puesto en la funcionalidad y la independencia para adaptarse a un contexto normalizante.

Es necesario integrar una mirada hacia la inclusión y la participación social, que permita que las personas puedan tomar decisiones sobre sus propias vidas y ocupar un rol activo en sus comunidades. Este trabajo implica abogar por los derechos de las personas en situación de discapacidad, crear y/o diseñar entornos inclusivos y reconocer su experiencia para responder a sus necesidades. Desde aquí podremos transitar un camino hacia la transformación de las estructuras sociales para que sean más inclusivas, igualitarias y justas.

Los desafíos son múltiples pero un desarrollo social sostenible implica pensar en todos y todas, valorar y reconocer la diversidad como algo necesario. En este día tan importante reconocemos la lucha histórica del colectivo de personas en situación de discapacidad, por una vida digna y por el reconocimiento de sus derechos humanos.

Claudio Inostroza Lillo 
Académico Terapia Ocupacional 
Universidad Andrés Bello

 

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