Tabla de orientación con altura y peso para saber si su IMC es superior: Índice de Masa Corporal (IMC) sobre 40: cuando la única solución es la cirugía bariátrica
- El 74,2% de los chilenos tiene sobrepeso u obesidad, según la OCDE. Es el segundo país del mundo con mayor porcentaje de personas en esta condición, solo después de México.
Febrero 2022
Recientemente se anunció que a partir de marzo de este año los asegurados públicos podrán acceder a la cirugía bariátrica en el sector privado y a un monto fijo, y uno de los requisitos para los pacientes con obesidad mórbida es tener un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 35 y 40 con alguna comorbilidad.
El doctor Rodrigo Muñoz, cirujano digestivo, —secretario de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica, y actual director de las Guías Actualización de Obesidad de Chile— explica que “lo que comúnmente se ocupa para evaluar si una persona es candidata a una cirugía bariátrica es el Índice de Masa Corporal”. En base al IMC —relación entre peso y altura (kg/m2) para identificar sobrepeso, obesidad y obesidad mórbida en adultos—, se pueden considerar como candidatos a la cirugía los siguientes grupos de pacientes:
- IMC entre 30 y 35: se puede considerar en pacientes con una alta carga de enfermedad (Ej.: diabetes mellitus con mal control con manejo médico, patologías osteoarticulares que generan dolor crónico o impide tratamiento quirúrgico traumatológico por exceso de peso, etc).
- IMC entre 35 y 40: con más de una enfermedad o patología asociada a la obesidad. *Grupo priorizado para beneficiarios Fonasa.
- IMC sobre 40: candidatos directos a cirugía bariátrica.
¿Cómo saber si su IMC es superior a 40? La siguiente tabla es una orientación según altura y peso de la persona:
Altura | Peso = IMC 40+ |
1.50 m | 90 kilos |
1.55 m | 96 kilos |
1.60 m | 103 kilos |
175 m | 123 kilos |
El doctor Muñoz indica que para los casos de obesidad mórbida (IMC > 40 o > 35 asociado a comorbilidad o enfermedad) “hoy en día no hay ningún otro tratamiento que supere los beneficios de la cirugía. Desde el punto de vista de la pérdida de peso, el éxito de la cirugía es superior a cualquier tratamiento convencional farmacológico. También consigue controlar las enfermedades e incluso que algunas entren en remisión, además de disminuir el riesgo de contraer las enfermedades tradicionalmente asociadas a la obesidad como diabetes, hipertensión, dislipidemia, entre muchas otras”.
“Cuando sumas todos esos efectos, la cirugía bariátrica logra aumentar la expectativa de vida en cerca de cinco años. Los pacientes tienen que estar preparados y muy bien educados antes de acceder a la cirugía: pasar por evaluaciones por equipos multidisciplinarios, con nutricionistas, nutriólogos, psicólogos para asegurarse de que están en las óptimas condiciones para optar a una cirugía bariátrica y seguir el tratamiento posterior”, agrega el médico.
Sin embargo, el especialista aclara que durante el último tiempo se han realizado avances en la manera de evaluar el riesgo individual que tienen los pacientes con obesidad y que va más allá de usar solo el IMC. Por ejemplo, incorporando el uso de la Clasificación de Edmonton, que evalúa la severidad de la obesidad en base al tipo de enfermedad adicional que tienen los pacientes y si estas están o no controladas. “Esta clasificación implica un cambio en la mentalidad de cómo vemos el tratamiento integral de los pacientes que tienen obesidad, y que el IMC por sí solo es insuficiente para evaluar el riesgo real que tiene un paciente”, afirma Muñoz.
Un 1% accede a cirugía
Tahina Silva es una paciente a la espera de realizarse una cirugía bariátrica. Ha logrado bajar 25 kilos gracias a su esfuerzo siguiendo un tratamiento. Actualmente pesa 190 kilos y sus médicos le han informado que al llegar a los 130 o 140 kilos podrá optar a la cirugía. “De a poco estoy teniendo movilidad y he podido salir de la cama. Mi meta es volver a caminar, eso es lo importante”, dijo.
Para el cirujano digestivo, Rodrigo Muñoz, “se sabe que, de los pacientes potencialmente candidatos a la cirugía bariátrica, menos de un 1% termina accediendo a ella”. Una “diferencia dramática”, que -según el especialista- se debía principalmente a una serie de barreras, destacando entre ellas las económicas. Panorama que cambió con el anuncio de Fonasa.
Otra brecha apunta a los mitos o temores de los propios pacientes. “Miedo a la anestesia general, a no tener una suplementación vitamínica adecuada que impida la caída de pelo, a sufrir alguna complicación quirúrgica o a recuperar el peso perdido” son algunas de las principales razones por la cual muchos pacientes no consideran la cirugía como una alternativa según Muñoz.
Para Tahina “en Chile es necesario que la obesidad se vea como una enfermedad, ya que no basta con dietas y ejercicios para solucionar el problema”. Recientemente el Senado y la Cámara de Diputados y Diputadas aprobaron proyectos para reconocer la obesidad como una enfermedad crónica, con tratamiento asegurado e integral. El Ministerio de Salud apoyó la iniciativa, con el propósito de que sea ley. Se estima que en Chile hay 650 mil personas con obesidad mórbida.
Equipo Prensa
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