Por Rodrigo Varela, gerente legal de ALTO INMUNE

Santiago, 2025.- El fraude de las licencias médicas se ha consolidado como uno de los principales desafíos para el sistema de salud y las empresas en Chile. Cada año se pierden más de 850 millones de dólares en licencias fraudulentas, recursos que podrían destinarse a fortalecer la red hospitalaria, ampliar prestaciones o reducir las listas de espera. Esta realidad exige redoblar esfuerzos para proteger un instrumento creado para resguardar a los trabajadores que realmente lo necesitan.

Si bien el impacto fiscal es evidente, las empresas también están en la primera línea de este problema. La ausencia injustificada de trabajadores genera disminución de la fuerza laboral activa, costos operacionales, pérdida de productividad, lo que afecta al clima laboral e incrementa los costos operativos y limitando la planificación. Sin embargo, más allá de las pérdidas, también abre la oportunidad de implementar soluciones innovadoras que fortalezcan la productividad y devuelvan certeza a los empleadores.

Las cifras muestran un patrón claro: en determinadas épocas del año, como los meses de verano, es donde mayormente se concentran licencias que por décadas han sido las principales patologías utilizadas, como son psiquiatría, traumatología, osteomusculares y enfermedades respiratorias. Más que un fraude aislado, este comportamiento revela un sistema que necesita modernizarse con controles más ágiles, herramientas digitales de validación y un trabajo conjunto entre organismos públicos y privados.

El gran desafío es cultural. Durante años se ha instalado la idea de que obtener una licencia falsa es un “atajo”, cuando en realidad se trata de un delito penal, que conlleva consecuencias laborales y sociales que perjudican a toda la comunidad. Cada documento fraudulento debilita la confianza en las instituciones y afecta a los trabajadores que cumplen con la norma. Revertir esta percepción requiere educación, transparencia y mecanismos de fiscalización más visibles.

Hoy existen las condiciones para avanzar hacia un modelo de prevención más sólido. La implementación de verificación electrónica, auditorías cruzadas y protocolos de ética empresarial son medidas que permiten a las compañías y al sistema de salud enfrentar esta problemática con mayor resiliencia. Desde esa perspectiva, el fraude en licencias médicas ya no implica solo pérdidas, sino también la posibilidad de construir un sistema más justo, eficiente y confiable.

El camino está en la colaboración: Estado, empresas, profesionales de la salud y trabajadores deben asumir un rol activo para transformar este desafío en una oportunidad de mejora. Reforzar la validez de la licencia médica como un derecho legítimo no es solo un asunto económico, sino una condición indispensable para garantizar equidad, confianza y bienestar a largo plazo en la sociedad chilena.

Sobre ALTO 

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Inmune es una solución de ALTO que busca aumentar la productividad de las compañías, a través de la disminución de ausentismo generando espacios de trabajo más sanos y seguros. ALTO es una multinacional presente en Chile, México, Colombia, España y Estados Unidos.

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