Paula Molina

Química farmacéutica de Farmacias Ahumada

 

Hace pocos años, ya se alertaba sobre el uso irresponsable de los antibióticos en una encuesta realizada por la Organización de Consumidores de España. El 19% de los consultados consumieron antibióticos que le habían sobrado de un tratamiento anterior, mientras que el 12% los tomó sin acudir previamente al médico y sin la receta correspondiente. En Chile, no existen estadísticas actualizadas, pero en 2018 un estudio publicado en la revista de la Academia de Ciencias de EE.UU. y que abarcó a 79 países, señalaba un aumento del 55% en el uso de estos fármacos en los últimos 16 años.

La automedicación y el abuso en el consumo de antibióticos no es un fenómeno nuevo, pero sí se está convirtiendo en uno de gran preocupación mundial por sus graves efectos. La resistencia antimicrobiana (RAM) ha generado superbacterias incapaces de ser tratadas con los fármacos existentes, lo que al 2021 se tradujo en más de 700 mil muertes anuales mundiales por infecciones con este tipo de patógenos. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) este es uno de los problemas de salud pública más apremiantes en el planeta.

Desafortunadamente, este problema seguirá en alza debido a la creciente venta ilegal de medicamentos en ferias libres y plataformas electrónicas. El Instituto de Salud Pública detectó un alza del 30% en los decomisos realizados entre 2020 y 2021, siendo los antibióticos y fármacos con receta retenida los más comercializados. Esta es una práctica de alto riesgo, no sólo por la resistencia ya mencionada, sino también por el fomento de un mercado de medicamentos falsificados, sin condiciones de almacenamiento óptimas y de baja calidad terapéutica que pueden resultar en graves problemas a la salud.

Los organismos encargados han aumentado las fiscalizaciones e incautaciones de estas sustancias, pero la responsabilidad ciudadana aquí es clave. Si las personas tienen la información y el conocimiento del daño que generan estas prácticas, este mercado se debilitará.

En la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos, volvemos a alertar que, de no tomarse medidas urgentes, ésta podría ser la próxima pandemia que el mundo enfrente, convirtiéndose en la principal causa de muerte para 2050 y con pérdidas económicas que superarían los 100 billones de dólares en la misma fecha, según la Organización Mundial de la Salud.

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