• En el marco del Día Mundial del Déficit de hierro, especialistas hacen un llamado a generar conciencia sobre esta condición que puede comprometer la salud de la madre y de su hijo. La prevención, el diagnóstico temprano y la suplementación adecuada son claves para evitar complicaciones.

26 de noviembre de 2024.- La anemia es un estado crónico poco reconocido e infratratado que afecta al 30% de las mujeres en el mundo y al 37% de las mujeres embarazadas, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud. La causa más común de anemia es la deficiencia de hierro (anemia ferropénica), que se presenta cuando las reservas corporales disminuyen, por lo que para su diagnóstico no basta con medir los niveles de hemoglobina en la sangre, sino que se debe medir la ferritina sérica. Un diagnóstico temprano y una adecuada prevención son cruciales para la salud, especialmente en el embarazo.

De acuerdo con el Dr. Marcelo Pradenas, ginecólogo obstetra de la Universidad de Chile, “esta condición afecta a una de cada tres mujeres embarazadas en el país”, lo que trae consecuencias profundas en el desarrollo del embarazo y en la vida del bebé, aumentando el riesgo de parto prematuro, hemorragia postparto, bajo peso al nacer y alteraciones en el neurodesarrollo infantil.

“La relación entre la anemia ferropénica y el desarrollo cognitivo del niño es clara. Muchos estudios muestran efectivamente que los bebés nacidos de madres con anemia presentan un comportamiento intelectual y cognitivo inferior en comparación a aquellos bebés cuyas madres nunca tuvieron anemia o se corrigió durante el embarazo”, señala el especialista.

Además del impacto en el bebé, la anemia ferropénica puede desencadenar consecuencias serias en la madre como hemorragias postparto, mayor susceptibilidad a la depresión e insuficiente producción de leche materna, afectando su recuperación tras el parto y el vínculo temprano con el recién nacido3. “Es fundamental que las mujeres embarazadas reciban una evaluación temprana, vayan a su médico de cabecera, se alimenten bien y tomen medidas de suplementación cuando sea necesario. Esto no solo previene complicaciones para la madre, sino también, en la salud del bebé”, añade el Dr. Pradenas.

En este contexto, el diagnóstico temprano juega un rol esencial. Aunque el hemograma suele ser el examen más solicitado, el Dr. Pradenas subraya que “los niveles de ferritina son clave para determinar un déficit de hierro. Valores de hemoglobina menores a 11 ng/mL y en el segundo trimestre, menores a 10,5 ng/mL hacen diagnóstico de anemia. Los niveles de ferritina menores de 30 ng/mL, hacen un diagnóstico de déficit de hierro. Por lo tanto, esos valores hay que manejarlos muy bien”. La ferritina es una proteína que almacena hierro en las células, por lo que es un parámetro para determinar los niveles de este mineral en el cuerpo.

Frente a esta situación, la suplementación con hierro oral es la primera medida recomendada por la Organización Mundial de la Salud para todas las mujeres embarazadas. Sin embargo, en casos más severos, “el hierro endovenoso es la mejor alternativa, especialmente en mujeres con mala absorción o condiciones como enfermedad celíaca”, explica el especialista. Asimismo, el hierro endovenoso es una buena alternativa cuando las pacientes presentan poca tolerabilidad al formato oral, asegurando la adherencia al tratamiento y que la mujer reciba la dosis necesaria de este importante mineral.

La prevención también pasa por adoptar una dieta adecuada. Una alimentación rica en hierro, con alimentos como carnes magras, vegetales de hoja verde y legumbres, es fundamental. Sin embargo, el profesional advierte que “las dietas veganas o vegetarianas tienen una menor absorción de hierro, dado que el hierro vegetal se absorbe menos que el animal, lo que requiere un monitoreo más cercano para garantizar niveles óptimos antes y durante el embarazo”.

Generar conciencia sobre esta condición y promover controles médicos regulares, es crucial para proteger el bienestar de las madres y sus hijos. “Identificar y tratar estas condiciones antes de un embarazo puede marcar una diferencia significativa en su salud y en la de su futuro infante”, concluye el Dr. Marcelo Pradenas.

 

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