Paula Molina C.
Químico farmacéutico de Farmacias Ahumada
En el marco de la búsqueda de un sistema de salud universal, más equitativo y accesible, las farmacias juegan un rol clave como actores fundamentales dentro de un ecosistema de atención integral. En Chile, donde el acceso a la salud sigue siendo un desafío, el químico farmacéutico emerge como un profesional indispensable que facilita la salud pública, no solo mediante la venta de medicamentos, sino a través de servicios de orientación, prevención y seguimiento terapéutico.
De acuerdo con estadísticas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), alrededor del 80% de las personas en el país tienen acceso a algún tipo de atención farmacéutica, ya sea hospitalaria o comunitaria (pública o privada). Sin embargo, aún persisten grandes disparidades, especialmente en regiones rurales, donde la falta de infraestructura y profesionales de la salud hace más difícil el acceso directo a médicos y especialistas. Aquí, las farmacias se convierten en puntos de acceso prioritarios.
En los últimos años, la incorporación de nuevas tecnologías y servicios innovadores ha permitido que las farmacias se transformen en centros de salud más accesibles y eficaces. La telemedicina, donde encontramos también la telefarmacia, ha sido una herramienta fundamental. Además, y según estudios generales de servicios farmacéuticos y su impacto en varios países del mundo, se ha observado que las intervenciones de estos profesionales pueden reducir visitas a urgencias y hospitalizaciones, además de mejorar la adherencia terapéutica a los tratamientos.
Este enfoque no solo favorece a la población, sino que también fortalece la red de salud pública al hacerla más resiliente y menos dependiente de los hospitales. La presencia de farmacias en cada barrio, por ejemplo, facilita la entrega de medicamentos y el seguimiento a pacientes con enfermedades crónicas, algo fundamental en un sistema de salud universal que busque prevenir complicaciones y hospitalizaciones innecesarias.
Ahora, para que esta visión sea plenamente efectiva, es necesario continuar con la regulación y actualización de las normativas que permitan expandir los servicios farmacéuticos, así como asegurar una mayor capacitación del personal. La farmacia, en definitiva, es mucho más que un punto de venta de medicamentos: es un eslabón vital en el acceso a la salud universal, una red de soporte tanto para los sistemas públicos como privados, y una herramienta esencial para la mejora de la salud de la población chilena.
Equipo Prensa
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