Por Chris Pefaur, Nutricionista del Laboratorio Nutrapharm.

Con la llegada del invierno, algo cambia y no es solo el clima, sino también en nuestro cuerpo. Los días se acortan, la temperatura baja, pasamos más tiempo en casa y, de pronto, sentimos un apetito más intenso, especialmente por comidas calientes, calóricas o dulces. Le llamamos “antojos”, pero este impulso va mucho más allá del gusto o la costumbre. Tiene causas biológicas y emocionales que vale la pena conocer.

Cuando hay menos exposición a la luz solar, disminuye la producción de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo. Nuestro cuerpo, de manera muy eficiente, nos lleva a buscar alimentos ricos en carbohidratos, ya que estos ayudan a sintetizar serotonina. Es una forma natural de restaurar el equilibrio emocional, pero si no somos conscientes de este proceso, podemos caer fácilmente en una alimentación desbalanceada.

Durante el invierno, es común recurrir a carbohidratos simples como pan blanco, pastas o dulces. Estos alimentos reconfortan, pero su consumo frecuente puede provocar inflamación, digestiones pesadas y afectar el metabolismo. Según la OCDE, el 74% de las chilenas y chilenos vive con sobrepeso u obesidad, una cifra que se duplicó en los últimos 13 años.

Pero el problema no es solo calórico. También hay una dimensión digestiva y neurológica. En el intestino se produce cerca del 90% de la serotonina del cuerpo y su equilibrio depende, en gran parte, del estado de la microbiota intestinal. Una alimentación rica en fibra prebiótica —frutas, verduras, legumbres— y fermentados naturales puede fortalecer esta microbiota, mejorar la digestión y contribuir a un mejor estado de ánimo.

Por eso, más que restringir o “combatir” los antojos, la invitación es a comprenderlos. Nuestro cuerpo no está fallando: está adaptándose al entorno. El desafío está en acompañar ese proceso con decisiones alimentarias conscientes y sostenibles. Cocinar en casa, planificar las comidas, aumentar el consumo de alimentos sanos y mantener una rutina de movimiento son estrategias simples pero poderosas para atravesar el invierno con salud y bienestar.

Los antojos no tienen por qué ser enemigos. Pueden ser una señal de que algo necesita atención: descanso, contención emocional, nutrientes. Escuchar al cuerpo con respeto y conocimiento es, muchas veces, el primer paso para cuidarlo bien.

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