No es solo el frío: la calefacción también está dañando tu piel

  • En invierno, el calor artificial puede resecar, irritar y sensibilizar tu piel más de lo que imaginas. Aprende cómo prevenir estos efectos con pequeños cambios en tu rutina diaria.

 

Cuando bajan las temperaturas, lo primero que solemos hacer es abrigarnos, subir la calefacción y, muchas veces, tomar duchas más largas y calientes. Pero mientras el cuerpo entra en calor, la piel sufre en silencio. Y es que, aunque solemos culpar exclusivamente al frío por la resequedad que sentimos en el invierno, hay otro culpable que muchas veces pasamos por alto: la calefacción artificial.

 

Sistemas como estufas eléctricas, a gas o aire acondicionado caliente disminuyen significativamente la humedad ambiental. ¿El resultado? Una piel más deshidratada, frágil y con mayor riesgo de sensibilidad.

 

A eso se suma un cambio de hábitos típico de esta temporada: se reduce la ventilación en los espacios interiores y se tiende a usar ropa más ajustada o de materiales sintéticos, que también pueden generar fricción y afectar la piel, sobre todo en zonas como axilas, cuello y piernas.

 

¿Cómo cuidar la piel en invierno?

 

La clave está en adaptar la rutina diaria a las condiciones del entorno. Algunas recomendaciones incluyen:

 

  1. Hidratar desde la ducha: Evitar jabones agresivos que pueden alterar el pH de la piel.

 

  1. Bajar la temperatura del agua: Aunque cuesta, las duchas muy calientes tienden a eliminar los aceites naturales que protegen la piel.

 

  1. Reforzar la hidratación: Usar cremas más densas o productos con ingredientes humectantes como glicerina, ceramidas o ácido hialurónico.

 

  1. Evitar ambientes extremadamente secos: Si se usa calefacción, combinarla con humidificadores o plantas que aporten humedad natural.

 

Y no solo la piel del rostro o del cuerpo necesita atención. Las axilas, por ejemplo, también pueden volverse más sensibles o reactivas en invierno, sobre todo si usamos desodorantes con alto contenido de alcohol o con fragancias muy fuertes.

 

En este contexto, elegir productos respetuosos con la piel marca una diferencia real. Opciones como los nuevos jabones Dove Sérum. Estas cuatro nuevas variedades están enriquecidas con sérum de alta concentración, proponiendo un enfoque más profundo del cuidado corporal, con fórmulas diseñadas con distintos ingredientes activos para las necesidades de cada piel:diseñados para nutrir desde la limpieza, ayudan a mantener la hidratación sin agredir.

 

Por otra parte, para las axilas, el Dove Clinical cuenta con una fórmula única de ¼ de crema humectante que ayuda a hidratar la piel de tus axilas ya que no cuenta con alcohol etílico y es clínicamente comprobado.

 

A veces, basta con ajustar algunos hábitos cotidianos para atravesar la temporada con mayor bienestar, suavidad y cuidado real.

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