Paula Molina
Químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.
En Chile la automedicación es una conducta reiterativa que podría traer graves consecuencias para la salud y el bienestar de las personas, presentando desde reacciones adversas, ineficacia en los tratamientos, generar resistencia a algunos fármacos como los antibióticos, enmascarar u ocular sintomatología de otras enfermedades o intoxicaciones que podrían provocar –incluso- la muerte.
Hace un tiempo, el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica, levantaba la alerta respecto de esta práctica farmacológica, informando que sería la primera causa de intoxicaciones en el país con un 58%, seguido muy por detrás a las que los útiles de aseo causan, que llegan a sólo el 18%. Lamentablemente, aún existe una baja percepción respecto al riesgo que la ingesta de medicamentos sin conocimiento u orientación profesional conlleva, sobre todo en grupos de riesgo como los niños, pacientes con enfermedades crónicas o adultos mayores, que ya se ven enfrentados a la polifarmacia o toma de varios medicamentos a la vez.
En este sentido, las referencias de cercanos que tomaron tal o cual medicamento es una conducta que debemos eliminar. Así como cada persona es única, un fármaco causará diversos efectos dependiendo de cada organismo, provocando en algunas oportunidades sólo empeorar el cuadro clínico de una persona. Por esto, es fundamental no sobrepasar las dosis indicadas por el médico ni tomar o combinar estos medicamentos con otros –sean naturales o suplementos vitamínicos- ya que se pueden provocar interacciones entre ellos, interfiriendo en la eficacia de los mismos, o causar reacciones adversas o dosis tóxicas que pueden llegar a ser fatales.
El químico farmacéutico resultaría clave a la hora de ayudar a los pacientes –pudiendo acceder a ellos de forma gratuita en cualquier farmacia-, para orientarlos en la posología e ingesta de los fármacos. Iniciativas como la receta médica electrónica sería también beneficioso, ya que permitiría conocer la trazabilidad o seguimiento del consumo de fármacos en una persona, disminuyendo las posibilidades del uso indebido de medicamentos.
No obstante, y más importante aún, es educar a la población desde la temprana edad, al igual como se está haciendo con el consumo del tabaco, drogas o alcohol, ya que podría generar cambios en las conductas familiares. Es importante que todos sepamos que para cuidarse y estar bien, la mejor estrategia es prevenir antes de llegar a la medicación.
Betsabé Flores Merino
Periodista Farmacias Ahumada
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