Concebir el accidente cerebro vascular como un “ataque” y no como un hecho fortuito, o un “accidente” fue parte de la calificación que hizo el Doctor Óscar Loureiro, Jefe del Servicio de Neurología del HSJD, en el marco del mes del accidente cerebro vascular 2021, organizado por SONEPSYN. Esto, aseguró el especialista, tiene como base de sustentación en que el ACV “es algo que se puede prevenir” …

El ataque cerebro vascular (ACV) es la interrupción brusca del flujo sanguíneo cerebral que se puede producir por dos causas: una, la obstrucción de un vaso sanguíneo u otra, la rotura del mismo. Por esto, existen dos tipos de ataques cerebros vasculares, los isquémicos, que se provocan cuando se tapa un vaso y los hemorrágicos que son cuando se rompe el mismo. Para ambas situaciones, la estadística en Chile indica que un 70% de los pacientes llegan a un servicio de urgencia con una arteria tapada y el otro 30%, definitivamente, con la arteria rota.

Esta hace, que, esta emergencia médica, sea la tercera causa de mortalidad en Chile y lamentablemente, también, la mayor fuente de discapacidad adquirida. Por eso, para el especialista del HSJD y también profesor de la Universidad de Chile, el Doctor Óscar Loureiro, es importante el cambio de paradigma, en la forma de llamar la enfermedad,

“Es importante que empecemos a acuñar el término ataque (cerebro vascular) no de accidente, el accidente es algo quizás fortuito, no lo buscamos, lo encontramos; El ataque es algo que se puede prevenir y que sabemos cómo hacerlo”

Los síntomas básicos más comunes del ataque cerebro vascular (ACV) son el hablar raro, usar palabras equivocadas, tener la boca chueca, perder la fuerza de un brazo, de una pierna, o de un lado del cuerpo, de forma brusca, características que no se pueden pasar por alto ante una emergencia.

Increíblemente, durante la pandemia, los pacientes comenzaron a consultar menos en los servicios de urgencia, y provocaron una baja entre un 25 y un 30% en el promedio de atención de los ACV, destacó el Neurólogo del HSJD, Óscar Loureiro, quien aseguró que muchas de esas atenciones fueron tardías,

“Y al final esos pacientes, consultaban sí, pero consultaban muchos días después sin ninguna ventana para poder hacer alguna terapia, por ejemplo, de repercusión o sino hemorrágico, consultaban porque estaban comprometidos de conciencia no quizás con estos síntomas”

Es bueno tener claro que, si bien un ACV lo puede sufrir cualquiera, hay pacientes que son de alto riesgo, y son quienes sufren de hipertensión, diabetes, de colesterol elevado, obesidad, tabaquismo, o sedentarismo. De ellos los que debe tener mayor cuidado son los que sufren de hipertensión, que no siempre se controlan adecuadamente o no conocen de su enfermedad.

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